El virus de la rabia es una enfermedad zoonótica, lo que significa que puede transmitirse de animales a humanos.

La rabia es capaz de infectar y dañar el cerebro y el sistema nervioso central de todo tipo de mamíferos de sangre caliente.

La rabia se transmite de un huésped a otro a través de la saliva de un animal infectado. La mayoría de las personas que la contraen lo hacen cuando son mordidas por un animal infectado o cuando reciben la saliva infectada en una herida abierta.

Uno de los síntomas de la rabia es la parálisis de los músculos de la garganta, lo que dificulta la deglución.

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La rabia también hace que aumente la producción de saliva. Después, la saliva puede acumularse en la boca y mezclarse con oxígeno y otros gases cuando una persona no puede tragar.

La cantidad de personas que contraen rabia cada año en América del Norte es muy pequeña. Según los expertos, solo se notifican entre 1 y 3 casos de rabia humana cada año en países como Estados Unidos.

Es posible que los humanos con rabia no experimenten el mismo conjunto de síntomas característicos que los animales, como espuma en la boca, agresividad extrema e hidrofobia o miedo al agua.

Los síntomas en humanos incluyen fiebre y debilidad en las etapas iniciales. Conforme avanza la enfermedad, los síntomas se convierten en ansiedad, confusión, comportamiento frenético, alucinaciones e insomnio.

 

Fuente: Medical News Today