Los niños pequeños no siempre son los compañeros ideales en un viaje largo en automóvil, pues se pegan entre ellos, se quejan, tienen una extraña necesidad de usar el baño cada 20 minutos y casi no tienen sentido del tiempo y la distancia. Pero las vacaciones en familia no existirían si no llevas a la familia, ¿cierto? Ya sea en autos o camionetas en todo el país, los padres hacen lo que pueden para mantener a sus niños seguros y cuerdos en el camino.

La seguridad es primero

Por ello, antes de hacer cualquier otra cosa, asegúrate de que tu hijo o hijos tengan el asiento de seguridad adecuado. Todos los bebés deben viajar en un asiento mirando hacia atrás hasta que tengan al menos 2 años. Después de eso, pueden pasar a un asiento de seguridad orientado hacia adelante hasta que que ya no quepan en él, generalmente después de que alcancen los 36 kg. Posteriormente, los niños deben usar un asiento elevado con respaldo alto hasta que midan al menos 1.45 metros, lo suficientemente altos como para usar cinturones de seguridad de manera cómoda y segura. Vuelve a verificar las instrucciones de instalación para todos los asientos.

Empaca un botiquín de primeros auxilios con, entre otras cosas, vendajes, paracetamol para bebés o niños y un ungüento antibiótico. Si tus hijos son propensos a sufrir mareos, pregúntale a su pediatra cuál es la dosis adecuada de dimenhidrinato (medicamento que previene los mareos y el vértigo). Dicho medicamento es de venta libre, y generalmente hace que los niños se sientan somnolientos, aunque algunos se ponen hiperactivos. Quizás desees probarlo en casa antes de probarlo en el camino.

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¿Qué hacer durante el viaje?

Si es posible, trata de mantenerte flexible con respecto a los planes y el horario. Si los niños se portan bien o duermen, pueden recorrer algunos kilómetros adicionales. Si se están poniendo un poco inquietos y malhumorados, pueden pasar un poco más de tiempo en una parada de descanso o en un parque de la primera ciudad o pueblo que encuentren en el camino. Puedes evitar parte de esa inquietud haciendo paradas frecuentes. Si traes algunos juguetes como pelotas, frisbees o cuerdas para saltar, los niños pueden descargar un poco de energía extra.

Los alimentos y las bebidas pueden ser una gran distracción en el automóvil y tienen una capacidad comprobada para ayudar a cambiar el mal humor. Empaca algunos refrigerios saludables como galletas saladas, cereal en bolsas para sándwiches, frutas y cajas de jugo. Probablemente tendrás que pasarle la aspiradora al auto cuando terminen el viaje, pero valdrá la pena.

Asegúrate de traer muchas otras diversiones. Escuchar su música favorita realmente puede ayudar a que el recorrido pase volando. Los libros para colorear y los juguetes pequeños también pueden ser de gran ayuda. Si tus hijos tienen la edad suficiente, prueba un juego de 20 preguntas. Sin duda, tus padres usaron esta estrategia contigo durante un viaje por carretera hace mucho tiempo. Ahora te toca a ti mantener viva la tradición.

 

Fuente: Health Day