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De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), la difteria es una enfermedad causada por una bacteria que puede infectar el tracto respiratorio (partes del cuerpo involucradas en la respiración) y la piel. El diagnóstico y el tratamiento dependen del tipo de difteria que padezca la persona. Si tu médico te diagnostica difteria respiratoria, te pedirá que comiences el tratamiento de inmediato.

Los médicos suelen decidir si una persona tiene difteria al detectar sus signos y síntomas comunes. Ella o él pueden tomar una muestra de la parte posterior de tu garganta o tu nariz y analizarla para detectar la bacteria que ocasiona la enfermedad. Un médico también puede tomar una muestra de una llaga o úlcera abierta y tratar de cultivar a la bacteria. Si esta crece y produce la toxina de la difteria, el médico puede estar seguro de que el paciente la padece. No obstante, se requiere tiempo para que las bacterias crezcan, por lo que es crucial comenzar el tratamiento de inmediato si un médico sospecha que la persona tiene difteria respiratoria.

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Las complicaciones de la difteria respiratoria suelen incluir las siguientes:

  1. Obstrucción de las vías respiratorias
  2. Miocarditis (daño al músculo cardíaco)
  3. Polineuropatía (daño a los nervios)
  4. Insuficiencia renal

RECUERDA: Para algunas personas, la difteria respiratoria puede ser mortal. Incluso con tratamiento, alrededor de 1 de cada 10 pacientes con la afección fallece. Sin tratamiento, hasta la mitad de los pacientes pueden morir a causa de la enfermedad.

Asimismo, no olvides que la difteria es una enfermedad prevenible por medio de la vacunación. En el esquema nacional mexicano la vacuna (Pentavalente o Hexavalente) se aplica a los bebés de 2, 4 y 6 meses, con un refuerzo a los 18 meses.

Si tienes más dudas sobre la difteria respiratoria y sus complicaciones, consulta a tu médico.

 

Fuente: CDC