Un trastorno hemorrágico es una afección que afecta la forma en la que la sangre coagula normalmente. El proceso de coagulación cambia la sangre de un líquido a un sólido. Cuando te lesionas, tu sangre normalmente comienza a coagularse para evitar una pérdida masiva de sangre.
Para diagnosticar un trastorno hemorrágico, tu médico te preguntará acerca de tus síntomas e historial médico. También te realizará un examen físico. Durante tu cita, asegúrate de mencionar lo siguiente:
- Cualquier condición médica que tengas actualmente
- Cualquier medicamento o suplemento que puedas estar tomando
- Cualquier caída o trauma reciente
- Con qué frecuencia experimentas el sangrado
- Cuánto dura el sangrado
- Lo que estabas haciendo antes de que comenzara el sangrado
Conoce más: 3 importantes pasos para detener una hemorragia abundante
Después de recopilar esta información, tu médico realizará análisis de sangre para poder darte diagnóstico adecuado. Estas pruebas pueden incluir:
- Un conteo sanguíneo completo (CBC, por sus siglas en inglés), que mide la cantidad de glóbulos rojos y blancos en tu cuerpo.
- Una prueba de agregación de plaquetas, que verifica qué tan bien se agrupan tus plaquetas.
- Una prueba de tiempo de sangrado, que determina qué tan rápido se coagula la sangre para prevenir el sangrado.
Fuente: Healthline