El reflujo gástrico infantil ocurre cuando la comida retrocede del estómago del bebé. Esta afección, que en ocasiones se denomina reflujo gastroesofágico, no suele ser grave y se torna menos frecuente a medida que el bebé crece.

En raras ocasiones, el reflujo infantil puede ir acompañado de síntomas preocupantes, como el retraso en el desarrollo o la pérdida de peso. Sin embargo, es poco común que el contenido del estómago tenga suficiente ácido para irritar la garganta o el esófago y que cause signos y síntomas.

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Causas

En los lactantes, el anillo de músculos entre el esófago y el estómago —esfínter esofágico inferior— no ha madurado por completo. Esto hace que regurgiten el contenido del estómago. Los factores que contribuyen al reflujo infantil son comunes en los bebés y, con frecuencia, no pueden evitarse. Algunos de estos factores son:

  • Estar recostado la mayor parte del tiempo.
  • Consumir una dieta principalmente líquida.
  • Nacer prematuramente.

El reflujo en los bebés, en general, desaparece por sí solo sin crear problemas. Si tu bebé tiene una afección más grave, como la enfermedad por reflujo gastroesofágico, visita a un especialista en salud o a su pediatra de cabecera.

 

Fuente: Mayo Clinic