Las quemaduras de segundo grado son más graves porque el daño se extiende más allá de la capa superior de la piel. Este tipo de quemadura hace que la piel se ampolle y se ponga extremadamente roja y con dolor.

Algunas ampollas se abren, dando a la quemadura una apariencia húmeda o supurante. Con el tiempo, se puede desarrollar sobre la herida un tejido grueso, blando y parecido a una costra llamado exudado fibrinoso.

Debido a la naturaleza delicada de estas heridas, es necesario mantener el área limpia y vendarla adecuadamente para prevenir infecciones. Lo anterior también ayuda a que la quemadura sane más rápido.

Algunas quemaduras de segundo grado tardan más de tres semanas en curarse, pero la mayoría se curan en dos o tres semanas sin dejar cicatrices, generalmente con cambios de pigmentación en la piel.

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Cuanto peores sean las ampollas, más tiempo tardará en sanar la quemadura. En algunos casos severos, se requiere un injerto de piel para reparar el daño. El injerto toma piel sana de otra área del cuerpo que se traslada al sitio de la piel quemada.

Al igual que con las quemaduras de primer grado, debes evitar las bolas de algodón y los remedios caseros cuestionables. Los tratamientos para una quemadura leve de segundo grado generalmente incluyen:

  • Correr la piel bajo agua fría durante 15 minutos o más
  • Tomar analgésicos de venta libre (paracetamol o ibuprofeno)
  • Aplicar crema antibiótica sobre las ampollas

Sin embargo, es importante que busques tratamiento médico de emergencia si la quemadura afecta un área extensa, como cualquiera de las siguientes:

  • Rostro
  • Manos
  • Nalgas
  • Ingle
  • Pies

 

Fuente: Healthline