La iritis es la hinchazón e irritación en el anillo de color alrededor de la pupila del ojo (iris). Se trata del tipo más común de uveítis, inflamación de parte o toda la úvea —capa media del ojo entre la retina y la parte blanca—.

Con frecuencia, se desconoce la causa, pero puede ser el resultado de una afección de fondo o de un factor genético.

Síntomas

La iritis puede ocurrir en uno o en ambos ojos. Por lo general, aparece repentinamente y puede durar hasta tres meses. Los signos y síntomas de la iritis incluyen los siguientes:

  • Enrojecimiento de los ojos.
  • Incomodidad o dolor en el ojo afectado.
  • Sensibilidad a la luz.
  • Visión reducida.

La iritis que aparece repentinamente, en horas o días, se conoce como iritis aguda. Los síntomas que se presentan progresivamente o duran más de tres meses indican iritis crónica.

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Complicaciones que debes considerar

Si no se trata adecuadamente, la iritis puede causar:

  • Cataratas. El desarrollo de una opacidad en el cristalino del ojo es una complicación posible, en especial si has tenido un período largo de inflamación.
  • Una pupila irregular. El tejido cicatricial puede hacer que el iris se pegue al cristalino o a la córnea preexistente, lo que le da a la pupila una forma irregular y hace que el iris reaccione lentamente a la luz.
  • Glaucoma. La iritis recurrente puede provocar glaucoma, una afección ocular grave caracterizada por un aumento de la presión dentro del ojo y una posible pérdida de la visión.
  • Depósitos de calcio en la córnea. Esto causa degeneración de la córnea y podría disminuir la visión.
  • Hinchazón dentro de la retina. Los quistes hinchados y llenos de líquido que se desarrollan en la retina en la parte posterior del ojo pueden nublar o disminuir la visión central.

Consulta a un oftalmólogo lo antes posible si tienes síntomas de iritis. Recuerda que el tratamiento oportuno ayuda a prevenir complicaciones graves. 

 

Fuente: Mayo Clinic