Las pruebas médicas caseras, también conocidas como pruebas de uso doméstico, son kits que puedes comprar en línea o en tu farmacia o supermercado locales. Los kits te permiten evaluar, detectar o monitorear ciertas enfermedades y condiciones en la privacidad de tu hogar.
En concreto, las pruebas caseras comunes incluyen:
- Pruebas de embarazo.
- Pruebas de glucosa (azúcar en sangre), que pueden usarse regularmente para ayudar a controlar la diabetes.
- Prueba de sangre oculta en heces, que detecta el cáncer de colon.
- Pruebas que detectan signos de enfermedades infecciosas, como hepatitis, VIH y COVID-19.
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La mayoría de los kits de prueba requieren de la toma de muestra de un fluido corporal, como sangre, orina o saliva, que debe aplicarse en el kit según las indicaciones. Algunas pruebas otorgan resultados inmediatos, mientras que otras deben empaquetarse y enviarse por correo a un laboratorio. Muchos kits se encuentran disponibles sin receta médica, pero todavía debes pedirle consejo a tu médico cuáles puedes utilizar.
Las pruebas médicas caseras suelen usarse para:
- Encontrar o evaluar trastornos, como colesterol alto o ciertas infecciones, antes de que tengas síntomas. Esto ayuda a recibir tratamiento antes y a tiempo, así como a evitar complicaciones graves. También permite prevenir la propagación de enfermedades infecciosas.
- Diagnosticar un embarazo temprano, para que la futura madre pueda tomar medidas inmediatas que le ayuden a proteger su salud y la de su bebé.
- Vigilar enfermedades crónicas, como diabetes y presión arterial alta. Esto permite realizar cambios rápidos en el tratamiento y/o estilo de vida para mejorar la condición.