La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica que afecta el cerebro, la médula espinal y los nervios ópticos. Ocurre cuando tu sistema inmunológico ataca una sustancia grasa alrededor de tus nervios llamada mielina, dañando la capacidad de los mismos para transmitir señales eléctricas.

Muchas personas con EM pueden manejar un auto de forma normal, pero otras podrían necesitar equipo de adaptación. Algunas personas con la afección quizás deban dejar de manejar por completo, por motivos de seguridad. La mejor forma de saber si manejar un auto es seguro para ti es ser evaluado(a) por un especialista en rehabilitación de conductores.

La progresión de la EM es impredecible. Algunas personas solo experimentan síntomas leves, mientras que otras desarrollan discapacidades graves. Debido a esta variación, decidir la aptitud de alguien con EM para conducir un auto es un proceso individualizado que implica evaluar su visión, cognición y movilidad física.

Un primer síntoma común de la EM es la neuritis óptica, que puede causar:

  • Visión borrosa
  • Dolor ocular que empeora con el movimiento de los ojos
  • Visión de color reducida
  • Puntos ciegos
  • Ceguera parcial
  • Pérdida de la visión periférica

Conoce más: 3 síntomas comunes que permiten detectar esclerosis múltiple

Otros síntomas

Las personas con EM suelen desarrollar deficiencias cognitivas, motrices u otras de salud general que afectan la calidad del manejo de un automóvil.

Los síntomas relacionados con la EM que pueden afectar la conducción incluyen:

  • Fatiga
  • Debilidad muscular o espasmos
  • Pérdida de coordinación de manos o pies
  • Tiempo de reacción lento
  • Convulsiones
  • Pérdida de la memoria a corto plazo
  • Desorientación
  • Olvido
  • Pobre concentración
  • Incapacidad para realizar múltiples tareas
  • cambios de humor

Los síntomas físicos pueden ocasionar dificultad para operar los pedales del acelerador y del freno de tu auto, para girar el volante o para usar la palanca de velocidades. Los síntomas cognitivos pueden causar un tiempo de reacción lento, hacer que te pierdas o dificultar la regulación de las emociones.

Ciertos medicamentos para la EM también pueden tener efectos secundarios, como somnolencia o falta de concentración. Tales efectos pueden contribuir al deterioro de la capacidad para manejar vehículos.

En ocasiones, conducir puede ser peligroso si se presentan brotes de EM, pero seguro durante otros períodos. Los brotes son momentos en los que los síntomas se tornan especialmente graves, y a menudo empeoran cuando se sufre estrés o enfermedad.

 

Fuente: Healthline