Tal vez hayas oído hablar de la osteoporosis senil, la cual no se considera un tipo separado de osteoporosis, sino que simplemente es causada por el envejecimiento cuando se excluyen otras posibles causas secundarias.

Como es bien sabido, la edad es un factor de riesgo primario para desarrollar esta afección de los huesos. A menos que se lleven a cabo los esfuerzos adecuados de prevención o tratamiento, la descomposición cada vez mayor de los huesos de tu cuerpo puede dar lugar a debilidad en los huesos y, en consecuencia, al desarrollo de osteoporosis.

De acuerdo con estadísticas globales de la Fundación Internacional para la Osteoporosis, alrededor de una décima parte de las mujeres de 60 años de edad padece la condición, mientras que dos quintas partes de las mujeres de 80 años fueron diagnosticadas con la enfermedad.

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Para detectar la osteoporosis, tu médico revisará tu historial médico y te hará un examen físico. También puede realizar análisis de sangre y orina para detectar afecciones que puedan ocasionar pérdida ósea.

Si tu doctor cree que puedes tener osteoporosis o que estás en riesgo de desarrollarla, probablemente te pedirá que te sometas a una prueba de densidad ósea.

En el ámbito médico, la prueba se conoce como densitometría ósea o absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA). Esta utiliza rayos X para medir la densidad de los huesos de las muñecas, las caderas o la columna vertebral, que son las tres áreas corporales con mayor riesgo de osteoporosis. La prueba es indolora y puede durar de 10 a 30 minutos. En concreto, para el diagnóstico se utiliza la densitometría ósea de columna y cadera.

 

Fuente: Healthline