La médula ósea es un tejido blando y gelatinoso que llena las cavidades medulares o los centros de los huesos. Los dos tipos de médula ósea que existen son la médula ósea roja, conocida como tejido mieloide, y la médula ósea amarilla, conocida como tejido graso.

Ambos tipos de médula ósea están enriquecidos con vasos sanguíneos y capilares.

Cabe destacar que la médula ósea produce más de 220 mil millones de nuevas células sanguíneas cada día. La mayoría de las células sanguíneas del cuerpo se desarrollan a partir de células de la médula ósea.

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Muchas personas con cánceres de la sangre, como la leucemia y el linfoma, la anemia falciforme y otras afecciones potencialmente mortales, dependen de trasplantes de médula ósea o de sangre de cordón umbilical para sobrevivir.

Las personas necesitan una médula ósea y células sanguíneas sanas para vivir. Cuando una afección o enfermedad afecta la médula ósea y ya no puede funcionar de manera eficaz, un trasplante de médula o de sangre de cordón umbilical suelen ser la mejor opción de tratamiento. Para algunas personas, incluso puede ser la única opción.

 

Fuente: Medical News Today