El dolor es una señal del sistema nervioso de que algo no anda bien. Es una sensación desagradable, como un pinchazo, hormigueo, picadura, ardor o molestia. Existen dos tipos de dolor, a continuación los explicamos.
- Dolor agudo. En general, aparece debido a una enfermedad, lesión o inflamación. A menudo, puede ser diagnosticado y tratado. Por lo regular, desaparece —aunque puede convertirse en dolor crónico—.
- Dolor crónico. Dura mucho tiempo y suele causar problemas graves
Los analgésicos son medicamentos que reducen o alivian el dolor. Si bien son efectivos, quienes los toman corren el riesgo de sufrir efectos secundarios. Por ello, se recomienda probar primero un tratamiento sin medicinas.
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¿Cuáles son algunos tratamientos para el dolor sin medicamentos?
- Acupuntura. Estimula puntos específicos en el cuerpo. Existen diferentes métodos para esto, el más común es insertar agujas delgadas en la piel. Otros métodos incluyen usar presión, estimulación eléctrica y calor. La investigación sugiere que la acupuntura puede ayudar a controlar ciertas afecciones que causan dolor.
- Terapia de masaje. Durante este tratamiento, los tejidos blandos del cuerpo se aprietan y masajean. Entre otros beneficios, puede ayudar a las personas a relajarse, mientras alivia el estrés y el dolor.
- Meditación. Práctica que conecta la mente con el cuerpo. En la meditación, enfocas tu atención en algo —como un objeto, una palabra o en tu respiración—. Esto te ayuda a minimizar los pensamientos o sentimientos que te distraen o estresan.
- Fisioterapia. En la fisioterapia se usan técnicas como calor, frío, ejercicio, masajes y manipulación. Puede ayudar a controlar el dolor, así como a acondicionar los músculos y restaurar la fuerza.
- Psicoterapia —terapia de conversación—. Se usan ciertos métodos como conversar, escuchar y el asesoramiento para tratar trastornos mentales y de la conducta.
- Terapia de relajación. Puede ayudar a reducir la tensión y el estrés muscular, bajar la presión arterial y controlar el dolor. Consiste en tensar y relajar los músculos del cuerpo. También se pueden usar imágenes guiadas, enfocando la mente en imágenes positivas, y meditación.
Si bien no siempre es posible retirar los medicamentos, recurrir a estas opciones podría permitirte tomar una dosis más baja.
Consulta a un profesional de la salud antes de tomar o suspender cualquier tratamiento que incluya fármacos. ¡No te automediques!
Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos