La actinomicosis es una infección bacteriana rara y prolongada (crónica) que comúnmente afecta la cara y el cuello, la cual puede ser muy grave pero, por lo general, se puede curar con antibióticos.

Usualmente es causada por la bacteria Actinomyces israelii, un organismo común que se encuentra en la nariz y la garganta y que, normalmente, no ocasiona enfermedad.

Debido a la ubicación normal de la bacteria que acabamos de mencionar, es común que la actinomicosis afecte más a la cara y el cuello. En ocasiones, la infección puede presentarse en el tórax (actinomicosis pulmonar), el abdomen, la pelvis u otras áreas del cuerpo. Cabe añadir que la infección no es contagiosa, lo que significa que no se transmite a otras personas.

Conoce más: Infecciones en la columna, lo que debes saber

Síntomas

Los síntomas de actinomicosis se manifiestan cuando la bacteria ingresa a los tejidos de la cara después de un traumatismo (golpe), una cirugía o una infección. Los desencadenantes comunes incluyen un absceso dental o una cirugía oral.

Una vez en el tejido, la bacteria genera un absceso, lo que produce un bulto duro, de color rojo a rojizo-púrpura, generalmente en la mandíbula.

Eventualmente, el absceso atraviesa la superficie de la piel para producir un tracto sinusal (conducto que transporta la inflamación desde un área cerrada hasta una superficie epitelial) que drena o extrae líquido acumulado.

En concreto, los síntomas de actinomicosis pueden incluir cualquiera de los siguientes:

  • Llagas que supuran en la piel, especialmente en la pared torácica por infección pulmonar con Actinomyces
  • Fiebre
  • Dolor leve o nulo
  • Hinchazón o un bulto duro, de color rojo a púrpura rojizo en la cara o la parte superior del cuello
  • Pérdida de peso

 

Fuente: U.S. National Library of Medicine / National Health Service (NHS)