No existen medicamentos específicos aprobados por las agencias sanitarias para ninguna etapa de la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA), considerada la enfermedad hepática más común en todo el mundo. Por lo tanto, la mejor estrategia son los cambios en el estilo de vida.
Debido a que la mayoría de las personas con EHGNA tienen sobrepeso o incluso obesidad, controlar el peso es la principal medida que se puede tomar para evitar la afección y que el hígado graso simple se convierta en esteatohepatitis no alcohólica, una forma grave de EHGNA. Bajar de peso también puede proteger a las personas con EHGNA de otros riesgos para la salud comunes, como diabetes, hipertensión, colesterol alto y enfermedades cardiovasculares.
Incluso los hombres con un ligero sobrepeso deben estar conscientes del mismo, ya que cualquier aumento gradual puede llevarlos por mal camino e incrementar su riesgo de EHGNA.
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Si tienes sobrepeso, una pérdida de aproximadamente el 5% de tu peso corporal podría ser suficiente para disminuir la grasa en el hígado. Perder entre el 7% y el 10% del peso corporal puede reducir la inflamación y el daño a las células hepáticas, e incluso puede revertir parte de la fibrosis. Procura una pérdida de peso gradual de 450 a 900 g por semana. Para las personas con diabetes y quienes no logran alcanzar su peso ideal, su médico podría recomendar medicamentos que inducen la pérdida de peso, como el agonista del GLP-1 semaglutida.
Toma en cuenta que las personas con peso normal también pueden desarrollar EHGNA. La ubicación de la grasa corporal, especialmente alrededor del abdomen, también es un fuerte indicador de riesgo de la enfermedad. Una forma de medir el riesgo potencial es la circunferencia de la cintura. La circunferencia ideal de la cintura para los hombres no debe ser mayor que la mitad de su altura, por lo que la cintura de un hombre de 1.83 m no debe exceder los 91 cm.
Fuente: Harvard Medical School