La capa superior de la piel, o epidermis, es la primera línea —literal— de defensa de nuestro cuerpo contra agentes externos dañinos, como los virus.

De acuerdo con los expertos, la piel intacta puede impedir que los patógenos (agentes biológicos que causan enfermedades) se instalen. Una barrera cutánea alterada permite que bacterias y virus penetren más profundamente en la piel y causen infecciones.

Pero incluso si los patógenos penetran la piel, este órgano superpoderoso seguirá luchando.

Conoce más: Cómo lucir una piel radiante a los 40 años

De acuerdo con una revisión del año 2020, las células de la piel se unen y organizan señales inmunitarias para ayudar al cuerpo a protegerse y atacar a los patógenos.

Los glóbulos blancos del cuerpo circulan constantemente por la piel, realizando vigilancia inmunitaria.

La piel también contiene queratinocitos epidérmicos, los cuales son células que crean proteínas y péptidos con propiedades antibacterianas, antifúngicas y antivirales.

Las glándulas sebáceas también secretan aceite que añade otra capa de protección contra sustancias extrañas, además de que mantiene la piel suave.

Si deseas saber más sobre cómo la piel nos protege contra agentes invasores, consulta a un(a) dermatólogo(a).

 

Fuente: Healthline