La escarlatina, también conocida como fiebre escarlata, es una enfermedad bacteriana caracterizada por un sarpullido rojo brillante que afecta la mayor parte del cuerpo. De acuerdo con especialistas, suele estar acompañada de dolor de garganta y fiebre alta.

Esta enfermedad es más frecuente en los niños de 5 a 15 años. Si bien la escarlatina alguna vez se consideró una enfermedad grave de la niñez, los tratamientos con antibióticos han hecho que sea menos peligrosa. 

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¿Cuáles son los síntomas que ayudan a detectar la escarlatina?

  1. Sarpullido rojo. El sarpullido se ve como una quemadura de sol y se siente como papel de lija. Por lo general, comienza en la cara o el cuello y se disemina al tronco, los brazos y las piernas. Si se aplica presión sobre la piel enrojecida, se vuelve pálida.
  2. Líneas rojas. Los pliegues de piel alrededor de la ingle, las axilas, los codos, las rodillas y el cuello se vuelven de un rojo más profundo que el del sarpullido que los rodea.
  3. Rostro enrojecido. La cara puede aparecer enrojecida con un anillo pálido alrededor de la boca.
  4. Lengua de fresa. La lengua generalmente se ve roja y abultada. A menudo se ve cubierta de una capa blanca al principio de la enfermedad.
  5. Fiebre de 101 °F (38.3 °C) o más, a menudo con escalofríos. La fiebre viene acompañada de dolor de garganta y enrojecimiento de la misma, a veces con manchas blancas o amarillentas.

El sarpullido y el enrojecimiento suelen durar aproximadamente una semana. Después de que estos signos y síntomas hayan disminuido, la piel afectada por el sarpullido a menudo se descama. 

Rara vez, la escarlatina puede derivar en fiebre reumática, una enfermedad inflamatoria grave que puede afectar al corazón, las articulaciones, el sistema nervioso y la piel.

Prevención

No existe una vacuna para prevenir la escarlatina. Las mejores estrategias de prevención de la escarlatina son las mismas que las precauciones estándares para las infecciones:

  • Lavarse las manos. 
  • No compartir alimentos ni utensilios para comer.
  • Cubrirse la boca y la nariz. 

Si tienes dudas, visita a un profesional de la salud.

 

Fuente: Mayo Clinic