Una cicatriz queloide es una cicatriz gruesa y elevada. Puede aparecer en cualquier parte donde exista una lesión en la piel, pero por lo general se forma en los lóbulos de las orejas, los hombros, las mejillas o el pecho. Si eres propenso(a) a desarrollar queloides, es posible que los desarrolles en más de un lugar.
Una cicatriz queloide no es perjudicial para tu salud física, pero puede causar angustia emocional. Por ello, la prevención o el tratamiento temprano son fundamentales.
Es posible tratar este tipo de cicatrices. Si no te gusta cómo luce o se siente un queloide, habla con un médico sobre cómo aplanarlo o eliminarlo. Incluso con tratamiento, un queloide puede durar años o volver a aparecer.
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Hasta el momento, los expertos no comprenden a profundidad qué ocasiona las cicatrices queloides. No obstante, la mayoría está de acuerdo en que quizás se trate de una disfunción del proceso de cicatrización de heridas. El colágeno, una proteína que se encuentra en todo el cuerpo, es útil para dicha cicatrización, pero cuando el cuerpo produce demasiado, pueden formarse queloides.
El crecimiento de cicatrices queloides puede ser provocado por cualquier tipo de lesión en la piel, como por ejemplo: una picadura de insecto, acné, una inyección, una perforación corporal, quemaduras, depilación e incluso pequeños rasguños y golpes. En ocasiones, los queloides se forman sin una razón aparente.
Cabe destacar que estas cicatrices no son contagiosas ni cancerosas.
Un queloide es diferente de una cicatriz hipertrófica. Esta última permanece dentro de los límites de la herida original y puede desaparecer con el tiempo sin tratamiento.
Si tienes más dudas sobre las cicatrices queloides, consulta a tu médico.
Fuente: Mayo Clinic