La baja densidad ósea se presenta cuando tu densidad ósea (medida de la cantidad de minerales que contiene cierto volumen de hueso) se encuentra por debajo de los valores normales, pero no lo suficientemente baja como para considerarla osteoporosis. Esto podría significar que posees una mayor probabilidad de desarrollar osteoporosis si pierdes hueso en el futuro, ya que es menor la cantidad de hueso con la que cuentas. Las personas con baja densidad ósea son más propensas a fracturarse un hueso en comparación con las personas que poseen una densidad ósea normal.

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Una prueba de densidad ósea determinará si tienes una densidad ósea normal, una densidad ósea baja u osteoporosis. Sin embargo, tener una baja densidad ósea no significa necesariamente que estés perdiendo hueso. Muchas personas poseen una densidad ósea que todavía puede considerarse normal para su organismo en particular. Hay quienes nunca tendrán una densidad ósea normal por una variedad de razones, como por ejemplo la genética, el tamaño del cuerpo o ciertas enfermedades y condiciones. Cuanta más edad tengas, es más probable que cuentes con una baja densidad ósea.

 

Fuente: Bone Health and Osteoporosis Foundation