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Probablemente hayas oído hablar de la evidencia científica que respalda la idea de que ciertos alimentos pueden favorecer la salud cardíaca. Pero ¿qué pasa con el cabello? A continuación te brindamos un panorama general al respecto.

Una revisión de 24 artículos realizada en 2020, que incluyó a más de 1,700 pacientes, sugirió que una dieta mediterránea rica en verduras crudas y hierbas frescas, así como dietas ricas en proteínas y soya, podría actuar como una terapia complementaria útil para la alopecia no cicatricial (pérdida de cabello que no afecta los folículos pilosos de forma permanente).

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Una investigación del año 2016 encontró que las mujeres que consumían dietas de bajo índice glucémico ricas en carbohidratos complejos, vitaminas A, B y C, y minerales como el zinc y el magnesio podrían experimentar menos caída del cabello durante la menopausia.

Un pequeño estudio de caso realizado en 2019 con dos mujeres de 39 y 41 años sugirió que limitar el consumo de atún, rico en mercurio, podría revertir la caída del cabello durante la menopausia temprana.

Y una revisión del año 2019 descubrió que las deficiencias de micronutrientes, como las dietas deficientes en biotina, vitaminas A y C, y zinc, podrían afectar la salud capilar.

 

Fuente: Healthline