El líquido en el oído puede deberse a una inflamación o congestión que bloquea la trompa de Eustaquio, un pequeño conducto de drenaje en el oído. Esto puede ocurrir cuando padeces una infección de oído, alergias o resfriado común. La obstrucción hace que el líquido atrapado en el oído medio llene el espacio detrás del tímpano, lo que provoca síntomas como disminución de la audición y presión o dolor en el oído.

Los médicos llaman al líquido en el oído otitis media serosa (OMS) u otitis media con derrame (OMD).

Los síntomas de líquido en el oído pueden ser leves o graves.

Los posibles síntomas incluyen los siguientes:

  1. Oídos que se sienten «tapados» o llenos
  2. Aumento del dolor de oído al cambiar de altitud; no poder «reventar» los oídos
  3. Zumbidos en los oídos (tinnitus)
  4. Pérdida de audición o audición amortiguada
  5. Problemas de conducta y bajo rendimiento escolar
  6. En raras ocasiones, problemas de equilibrio que causan mareos o vértigo (la sensación de que todo a tu alrededor da vueltas)

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El cerumen blanco, amarillo o café que sale del oído es normal. Quizás quede líquido y solo debe ser una pequeña cantidad. Si la secreción continúa o expulsas sangre o pus, busca atención de emergencia, ya que es posible que tengas un tímpano roto.

Si has tenido líquido en el oído antes, quizás te des cuenta de que se ha vuelto a acumular y, por lo tanto, necesitará tratamiento.

En el caso de los adultos, pueden pasar hasta tres meses hasta que el líquido del oído desaparezca por sí solo. Si continúas teniendo problemas, tu médico puede recetar antibióticos y buscar un problema subyacente que podría requerir un tratamiento específico.

 

Fuente: Very Well Health