Los probióticos no funcionan para todos. Tu composición genética única, la edad, la salud, las bacterias que ya tienes en tu cuerpo y la dieta afectan el funcionamiento de los probióticos.

Aquí hay algunas razones por las que un probiótico no siempre funciona:

  1. La dosis no es correcta (muy pocas unidades formadoras de colonias [UFC] es decir, el número de cepas vivas en cada dosis).
  2. No lo estás tomando correctamente (con alimentos o con el estómago vacío). Lee la etiqueta y sigue las instrucciones del producto sobre cómo tomarlo.
  3. Es la cepa equivocada. No todas las cepas funcionan para todos los síntomas. Puedes encontrar la combinación adecuada con base en estudios probados.
  4. La calidad del producto es mala (cultivos vivos). Uno de los mayores desafíos con los probióticos es su naturaleza frágil. Deben sobrevivir al proceso de fabricación, almacenamiento y al ácido estomacal para que sean eficaces en los intestinos.
  5. Fueron almacenados incorrectamente. La humedad, el calor y la luz también pueden afectar negativamente a los probióticos. Algunos pueden necesitar ser refrigerados.

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Cómo elegir el probiótico adecuado para ti

Elegir el probiótico correcto depende de por qué lo estás tomando. La eficacia es específica de la cepa y la condición.

Los probióticos se pueden encontrar en alimentos como el yogur o en suplementos dietéticos, con varias cepas populares.

Aunque hay muchas afirmaciones hechas por productos probióticos, ahora hay un apoyo confiable basado en evidencia de que ciertos probióticos, como Lactobacillus, Bifidobacterium (bacteria) y Saccharomyces boulardii (levadura), son generalmente seguros y útiles en condiciones específicas.

 

Fuente: Healthline