Tus huesos te ayudan a moverte, te dan forma y sostienen tu cuerpo, pues son tejidos vivos que se reconstruyen constantemente a lo largo de tu vida, así lo indica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Durante la niñez y la adolescencia, tu cuerpo agrega hueso nuevo más rápido de lo que elimina el hueso viejo. Después de que cumples los 20 años, puedes perder hueso a una velocidad más rápida de la que lo desarrollas. Por ello, para tener huesos fuertes cuando eres joven y prevenir la pérdida ósea cuando eres mayor, necesitas obtener suficiente calcio, vitamina D y realizar ejercicio regularmente. También debes evitar fumar y beber alcohol.

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De no hacerlo, pueden presentarse enfermedades óseas, las cuales provocan que los huesos se rompan fácilmente. Los diferentes tipos de afecciones óseas incluyen:

  1. Baja densidad ósea y osteoporosis, que hacen que tus huesos se debiliten y sean más propensos a romperse.
  2. La osteogénesis imperfecta, que hace que los huesos se vuelvan quebradizos.
  3. La enfermedad ósea de Paget, que ocasiona debilidad en los huesos de tu cuerpo.
  4. Los huesos también pueden desarrollar cánceres e infecciones.
  5. Otras enfermedades de los huesos, que son causadas por una nutrición deficiente, problemas genéticos o problemas con la tasa de crecimiento o reconstrucción de los huesos.

Si deseas saber más sobre las enfermedades óseas, consulta a tu médico.

 

Fuente: U.S. National Library of Medicine