Aunque existen muchos tipos diferentes de artritis, las dos categorías principales de esta enfermedad son la osteoartritis (OA) y la artritis reumatoide (AR).

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Cada uno de estos tipos posee diferentes causas, siendo las principales:

  1. Deterioro o desgaste por uso. La OA suele ser el resultado resultado del desgaste de las articulaciones. El uso de estas a lo largo del tiempo puede contribuir a la descomposición del cartílago protector de las articulaciones, llevando a que los huesos se rocen entre sí. Dicha sensación puede ser muy dolorosa y restringir el movimiento.
  2. Inflamación. La AR aparece debido a que el sistema inmunológico del cuerpo se ataca a sí mismo. Concretamente, el cuerpo ataca la membrana que rodea las partes articulares. Esto puede provocar articulaciones inflamadas o hinchadas, destrucción de cartílagos y huesos y, en última instancia, dolor. La persona también puede experimentar otros síntomas de inflamación, como fiebre y pérdida de apetito.
  3. Infección. En ocasiones, una lesión traumática o una infección en las articulaciones pueden acelerar la progresión de la artritis. Por ejemplo, la artritis reactiva es un tipo de artritis que puede manifestarse después de algunas infecciones. Esto incluye aquellas de transmisión sexual como clamidia, infecciones por hongos y enfermedades transmitidas por los alimentos.
  4. Metabolismo. Cuando el cuerpo descompone las purinas, una sustancia que se encuentra en las células y los alimentos, se forma ácido úrico. Algunas personas poseen altos niveles de dicho ácido. Cuando el cuerpo no puede deshacerse de él, el ácido se acumula y forma cristales en forma de aguja en las articulaciones. Esto provoca un punto articular extremo y repentino, o un ataque de gota. La gota va y viene, pero si no se trata puede volverse crónica.

Si tienes más dudas sobre estas y otras causas de la artritis, consulta a tu médico.

 

Fuente: Healthline