Ver la sonrisa de tu hija o hijo pequeño es una de las partes más agradables de ser mamá o papá. Pero si tu niño(a) se lesiona un diente, es posible que te preocupe que pueda afectar su sonrisa de forma permanente.

Afortunadamente, los niños pequeños tienen dientes primarios, lo que significa que sus dientes siguen siendo dientes de leche y, eventualmente, se caerán para dejar espacio a sus dientes secundarios o permanentes.

Pese a ello, quizás la astilla o lesión dental de tu bebé le esté causando molestias. Si es así, antes de hacer cualquier otra cosa, respira profundamente y mantén la calma.

Un diente astillado en un niño pequeño no es necesariamente motivo de alarma. Mantener la calma también ayudará a tu hijo a relajarte y reducir un poco la energía del evento.

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A continuación, toma nota de si tu hijo(a) tiene dificultad para tragar o respirar. Esto puede ser una señal de que se tragó un fragmento de diente o de que está comprometiendo su capacidad para respirar.

Si sospechas que este podría ser el caso, o si tu hijo tiene algún otro síntoma preocupante, dirígete a la sala de emergencias lo antes posible.

Si parece que no hay peligro, intenta mirar a tu alrededor para ver si puedes localizar el fragmento de diente. Los trozos de dientes más grandes pueden ser fáciles de encontrar. Sin embargo, en algunos casos, el diente de tu niño(a) puede romperse en pedazos pequeños, lo que dificulta su localización.

Si puedes encontrar el fragmento, ¡excelente! Ponlo en un recipiente limpio y déjalo remojando en leche o saliva. Si no puedes encontrar la pieza o piezas, también está bien.

Si tienes más dudas sobre qué hacer en estos casos, consulta al odontopediatra de tu hijo(a).

 

Fuente: Healthline