nino-patron-suenoPoner a dormir a los niños en una hora que no está en sincronía con el reloj interno de su cuerpo puede provocar problemas del sueño, según un nuevo estudio de pequeña escala.

Investigadores de la Universidad de Colorado en Boulder analizaron los patrones de sueño de 14 niños entre 30 y 36 meses de edad durante seis noches. Como resultado de esto pudieron observar diferencias en los niveles de melatonina -hormona que afecta el sueño- cuando ésta comienza a aumentar al anochecer. Este incremento, indican, marca el inicio de la noche para el reloj biológico del cuerpo.

En promedio, se observó que los niveles de melatonina en los niños empiezan a aumentar entre las 19:40 horas, aproximadamente una hora y media de la hora en que los padres ponían al niño en la cuna. En este caso, los niños conciliaron el sueño unos 30 minutos después de haber sido colocados en la cama.

Sin embargo, varios niños pequeños fueron llevados a la cama antes de que sus niveles de melatonina comenzaran a incrementarse. A estos pequeños les tomó entre 40 y 60 minutos poder dormirse, según explican los investigadores.

«Para estos niños, estar acostados en la cama tanto tiempo puede causar que asocien la cama con un estado de excitación, no con dormir”, comenta la líder del estudio, Monique LeBourgeois, profesora asistente en el departamento de Psicología Integrativa de esa universidad. Al respecto señala que “este tipo de respuesta podría incrementar a largo plazo en estos niños el riesgo de desarrollar insomnio”.

El estudio, publicado en la Revista Mind, Brain, and Education, señala que “existe relativamente muy poca investigación sobre cómo la fisiología de los niños puede contribuir al desarrollo de trastornos del sueño”. Dormir con la hora equivocada del “reloj biológico”, agrega LeBourgeois, puede llevar a dificultades para dormir al llegar a la edad adulta.

La investigadora explica que aproximadamente el 25 por ciento de los niños pequeños y de los niños en edad preescolar presentan dificultades para establecer una hora de dormir. Esto provoca problemas para conciliar el sueño, resistencia a marcharse a la cama, rabietas, que se levanten constantemente para ir por un vaso de agua o al baño, y llamados a los padres desde la cama.

En este sentido, comentó que “no es práctico evaluar los niveles de melatonina en cada niño… pero si su pequeño se está resistiendo a ir a la cama o tiene problemas para conciliar el sueño, es probable que ella o él no esté fisiológicamente listo para dormir en ese momento”.

VíaHealthDay News