La relación afectiva entre padres e hijos no solamente es algo que repercute en el bienestar de una familia, también influye positivamente en la salud integral de los niños. Es más, la ausencia de esta puede ocasionar una serie de afecciones a los pequeños, incluyendo depresión infantil.

Que los padres de familia den muestras de amor hacia sus hijos es elemental para el proceso biológico y el desarrollo emocional durante los primeros siete años de su vida, destacó Iraida Ramírez Castañón, especialista en psiquiatría infantil y de la adolescencia en el Hospital General Doctor Manuel Gea González.

De acuerdo con la experta, una relación afectiva débil o inexistente entre padres e hijos es la primera causa de depresión infantil, seguida por vivir en un ambiente violento, donde no exista respeto o no haya estabilidad parental y se presente agresión física o psicológica hacia el menor.

La ausencia de cariño paternal lleva al niño a decaer en varios aspectos de su salud integral, explicó. El pequeño puede presentar síntomas conductuales, cognitivos y emocionales. Asimismo, esta situación debilita su sistema inmune, exponiéndolo a contraer o desarrollar enfermedades con facilidad.

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En el caso de los bebés, el vínculo cariñoso que proporciona la figura parental es de tal importancia que la falta o ausencia de este puede generar la muerte en menores de un año de edad, hecho que se conoce como ‘depresión anaclítica’, advirtió la especialista.

Esto sucede porque, al llorar y demandar atención pero no recibir muestras de afecto, el pequeño pasa a una etapa de apatía, en la que deja de comer e incluso podría fallecer, detalló.

Por ello, Ramírez Castañón subrayó que es vital la atención afectiva inmediata que los padres de familia dan a sus hijos.

Por otra parte, en el caso de los niños mayores de un año, los síntomas más recurrentes de depresión son cambios anímicos inclinados a la tristeza e irritación, ansiedad, disminución de atención y concentración, así como cambios en su patrón de sueño y apetitos.

Es fundamental que los padres observen a sus hijos e identifiquen estos síntomas a tiempo, pues es muy probable que un niño que sufra depresión vuelva a experimentarla en otra etapa de su vida. Debido a ello, más que usar antidepresivos en los pequeños, la solución está en cambiar su entorno, brindándole cariño, respeto y seguridad, expuso.

 

Vía: Notimex