Los adultos jóvenes de 20 años ahora representan más casos de COVID-19 que cualquier otro grupo de edad, así lo reveló un nuevo estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) publicado en su gaceta semanal Morbidity and Mortality Weekly Report.

De junio a agosto, las personas de 20 años representaron más del 20% de todas las infecciones por COVID-19 en Estados Unidos, dijeron los investigadores.

Desafortunadamente, estos casos tienen implicaciones para las personas mayores que son más vulnerables a las infecciones por COVID graves y potencialmente fatales, según los CDC.

En el sur del país norteamericano, los aumentos en el porcentaje de casos de COVID entre las personas de 20 a 39 años precedieron a los aumentos entre las personas mayores de 60 años durante un promedio de ocho días.

«Las personas más jóvenes, que tal vez no requieran hospitalización, transmiten el virus a personas mayores y más vulnerables», indicó el doctor Amesh Adalja, investigador principal del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud, en Baltimore. «Este cambio en los patrones de infección subraya la necesidad de fortalecer a las poblaciones vulnerables, especialmente a aquellas en hogares de ancianos y centros de vida asistida, para aislarlas de las cadenas de transmisión viral».

Y no es solo en Estados Unidos donde los casos de COVID-19 se han vuelto una tendencia entre los más jóvenes, agregaron los CDC.

Algo similar ocurrió en Europa, donde la edad promedio de los pacientes con COVID disminuyó de 54 entre enero y mayo, a 39 entre junio y julio. Ahora, las personas de 20 años representan casi el 20% de los casos.

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Tiene sentido que los adultos jóvenes sean más vulnerables a las infecciones, dada la forma en que trabajan y juegan, dijo el Dr. Robert Glatter, médico de emergencia del Hospital Lenox Hill, en Nueva York.

«Los adultos más jóvenes también representan un porcentaje significativo de la fuerza laboral en trabajos de primera línea, incluidos el comercio minorista, el transporte público, el cuidado infantil y otros puestos con mayor probabilidad de exposición al público [restaurantes, bares, entretenimiento] donde puede ser difícil adherirse al distanciamiento social y al uso de máscaras faciales», informó Glatter.

Asimismo, los adultos veinteañeros también pueden sentirse menos inclinados a seguir las reglas de distanciamiento social y verse más atraídos por las grandes reuniones, como por ejemplo en las fiestas masivas.

«Esto incluye la presión de los compañeros para socializar y beber alcohol, lo que hace que sea más probable que las personas se quiten las máscaras, se acerquen más y hablen más alto, todos comportamientos que aumentan la propagación del virus», advirtió Glatter.

Y aunque las personas más jóvenes tienen menos probabilidades de desarrollar COVID-19 grave, el virus enfermará drásticamente a algunos, agregó Adalja.

«Las personas más jóvenes no son completamente inmunes a las enfermedades graves, especialmente si tienen comorbilidades, y un porcentaje puede desarrollar síntomas prolongados que interferirán con sus vidas», comentó.

Con base en estos hallazgos, Glatter recalcó la importancia de que los adultos más jóvenes usen máscaras faciales o cubrebocas, se adhieran al distanciamiento social y practiquen una buena higiene de manos.

«Estos son los tres comportamientos que más ayudan a reducir el riesgo general para otros en la comunidad, pero especialmente para las personas mayores que están en mayor riesgo de COVID-19 grave», concluyó Glatter.

 

Vía: Health Day News