Los médicos han utilizado rayos X durante más de un siglo para observar el interior del cuerpo. Las radiografías pueden diagnosticar una variedad de problemas, como fracturas de huesos, artritis, cáncer y neumonía. Durante esta prueba, generalmente debes pararte frente a una placa fotográfica mientras una máquina envía un tipo de radiación llamada rayos X a través de una parte de tu cuerpo. Originalmente, se realizaba una fotografía de estructuras internas en película; hoy en día, la imagen creada por los rayos X va directamente a una computadora.

Las estructuras densas absorben muchos de los rayos X y les impiden llegar a la placa. El calcio en los huesos es denso, por lo que absorbe muchos rayos X, haciendo que la imagen del hueso luzca blanca. La grasa y otros tejidos blandos son menos densos, por lo que permiten que pase más radiación a través de ellos y se aprecian en tonos de gris. Las partes huecas del cuerpo, como los pulmones, aparecen oscuras o negras porque pasan muchos rayos X a través de ellas.

Usos

Las radiografías de los pies se pueden utilizar para diagnosticar huesos rotos, articulaciones dislocadas, artritis o deformidades articulares como juanetes. Una radiografía del pie puede ayudar a diagnosticar la causa de síntomas inexplicables como dolor, hinchazón y sensibilidad en los pies en general.

Las radiografías de los pies también se utilizan después de que se ha colocado un hueso roto, para garantizar que el hueso se haya colocado correctamente y se cure correctamente.

Preparación

Por lo general, la persona debe quitarse los zapatos, las medias y cualquier joya u otros objetos metálicos del pie al que se le hará la radiografía, ya que el metal interfiere con las imágenes de rayos X y aparecerá en la imagen resultante.

Las mujeres embarazadas deben evitar que les tomen radiografías, pues existe la posibilidad de los rayos X causen daño al feto en desarrollo. Si los rayos X son absolutamente necesarios, es importante informar a su médico y al técnico de rayos X, ya que existen precauciones que se pueden tomar para proteger al bebé en desarrollo.

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Cómo se realizan

Los rayos X atraviesan la mayoría de los objetos y tejidos corporales. Una máquina de rayos X produce una pequeña ráfaga de radiación que atraviesa una parte del cuerpo y graba una imagen en una película fotográfica o en una placa especial de grabación de imágenes digitales.

Un técnico en rayos X o un tecnólogo radiológico colocará tu pierna sobre una mesa para que puedan tomarte correctamente las radiografías del pie. Para obtener diferentes vistas, el técnico puede reposicionar tu pie varias veces. Para este tipo de radiografías, generalmente se toman tres imágenes distintas para cubrir todas las vistas: una imagen se toma desde el costado, una desde el frente y otra en un ángulo de 45 grados entre las vistas frontal y lateral.

El técnico de rayos X abandonará la habitación o se parará detrás de una pantalla mientras se toman las radiografías, para protegerse de la exposición repetida a la radiación.

Seguimiento

Las radiografías digitales pueden estar disponibles de inmediato, pero un médico necesitará más tiempo para examinarlas e interpretarlas. Un radiólogo revisará los resultados de tus radiografías y producirá un informe que se enviará a tu médico de atención primaria, quien repasará los resultados contigo.

Riesgos

Aunque existe un pequeño riesgo con cualquier exposición a rayos X, la cantidad de radiación generada durante una radiografía del pie es demasiado pequeña como para causar daño. Sin embargo, si estás embarazada, habla con tu médico. La radiación puede ser dañina para el feto en desarrollo.

Cuándo llamar a un profesional de la salud

Debido a que no se esperan efectos secundarios dañinos, las personas generalmente necesitan llamar a sus médicos solo para discutir los resultados de las radiografías.

 

Vía: Harvard Medical School