Las elecciones que haces durante la hora del almuerzo pueden definir el tamaño de tu cintura. Por ello, elegir opciones inteligentes de carbohidratos y calorías te ayudará a mantener tus esfuerzos de pérdida de peso por el buen camino.

En primer lugar, olvídate del refresco. Contiene una gran cantidad de azúcar y no aporta ningún nutriente, recomienda Rachel Begun, dietista registrada y consultora de nutrición de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC). Una botella de 600 ml tiene más de 220 calorías cargadas de carbohidratos, mientras que el agua no posee ninguna. Dale vida a tu H2O añadiéndole unas gotas de limón o lima. Si eres fan del agua embotellada de sabores, asegúrate de elegir una marca que no contenga azúcar, pues de lo contrario podrías estar bebiendo calorías en lugar de comerlas.

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Realiza esto al menos tres días a la semana para que controles mejor tu ingesta de azúcar, sal y grasa. Reduce los carbohidratos del pan añadiendo pavo o atún en sándwiches de cara abierta (que tienen una sola rebanada de pan), o envuélvelos en rollos de lechuga.

Empaca frutas y verduras precortadas como complementos. Un pimiento entero, cortado en tiras, te ahorrará casi 120 calorías en comparación con una bolsa de 30 gramos de papas fritas, a lo que hay que sumar todos los nutrientes que recibirás al consumir verduras. Comer media taza de piña en lugar de tres pequeñas galletas reduce tus calorías del postre a la mitad, sin que dejes de disfrutar el final dulce de tu almuerzo.

Otra ventaja de llevar frutas y verduras es que están cargadas de agua y fibra. Así, te sentirás más lleno(a) por más tiempo. Y esto se traduce en un almuerzo que ayudará a mantenerte satisfecho(a) durante toda la tarde con menos calorías.

 

Vía: Health Day News