En estos tiempos de pandemia, si te dan a elegir entre usar un baño público y hacer cualquier otra cosa, seguramente escogerás la segunda opción. Independientemente de la urgencia o de lo limpio que esté, dicho espacio posee un factor de asco, así lo indica el doctor John Ross, especialista en medicina hospitalaria en el Brigham and Women’s Hospital en Boston, quien posee una certificación en enfermedades infecciosas.

Tal imagen ya era difícil de borrar incluso antes de la pandemia, pero desde que inició la crisis por COVID-19 no se ha hecho nada por hacer más atractiva la imagen de los baños públicos, ya que son sinónimo de superficies de alto contacto y, generalmente, cuentan con inodoros sin tapa. Por lo anterior, Ross afirma que es fácil verlos como focos de infección y evitarlos en nombre de la seguridad, pero no usarlos ha hecho que la gente reorganice sus días, averiguando cuántas tareas pueden hacer en un viaje, cuándo deben dejar de beber agua y cuándo deben evitar la posibilidad de visitas manteniendo la distancia física con amigos y familiares.

El aire como factor preocupante

Ross destaca que, como espacio interior, un baño público no es necesariamente un entorno seguro, pero también está a la par con otros espacios interiores. De alguna manera, es un riesgo de menor nivel en comparación, pero se reduce a los componentes. Un factor de preocupación es el aire. Una descarga crea un aerosol (la palanca para jalarle al inodoro) y el coronavirus puede estar presente en las heces. En conjunto, y dado que el virus ingresa al cuerpo a través de las membranas mucosas, esto parecería preocupante, pero Ross menciona que la investigación sugiere lo contrario.

Un estudio reciente de dos hospitales en Wuhan, China, encontró que la concentración más alta de aerosoles estaba en un baño, aunque especificó que era una habitación temporal con un solo baño carente de ventilación. El estudio también encontró que la desinfección y la ventilación limitaron de forma efectiva la concentración del virus en aerosoles. Otro trabajo reciente que analizó muestras de pacientes hospitalizados con COVID-19 descubrió que los intentos de aislar el virus de las muestras de heces nunca tuvieron éxito y que los fragmentos existentes no eran infecciosos.

Ross agregó que jalarle a un inodoro es un evento único, y cualquier nube directa por aerosol proviene de las propias heces de una persona; si el virus estuviera presente, esa persona ya estaría infectada. “Nuestra propia descarga fecal no representa ningún riesgo para nosotros”, subrayó el experto. Si alguien más en el baño tira la palanca, hay barreras que bloquean el contacto directo. “El riesgo de exposición en un baño público es en gran parte teórico, posible, pero no ha sido probado”, refirió el experto.

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Otros elementos que reducen el riesgo en los baños públicos

También hay otros elementos en juego que hacen que el baño sea menos riesgoso de lo que parece. El tiempo de exposición, por ejemplo, es un factor de transmisión.

De acuerdo con el doctor Todd Ellerin, director de enfermedades infecciosas y vicepresidente del departamento de medicina en el South Shore Hospital, en Weymouth, Massachusetts, si una interacción con  una persona sin cubrebocas dentro de una distancia de 2 metros dura menos de 15 minutos y no incluye toser o estornudar, el riesgo de transmisión sigue siendo bajo. Dado que la mayoría de las visitas al baño probablemente serán más breves, «el tiempo está de tu lado», aseguró el médico. «Guarda las visitas largas al trono para cuando estés en tu hogar».

La cantidad de personas con las que estarás es otro factor. Ross precisa que toser es una preocupación mayor que jalarle al inodoro. Usar una máscara facial brinda una capa de protección necesaria contra cualquier cosa en el aire. Las barreras en el baño también mantienen a las personas separadas, lo que reduce las posibilidades del contacto cara a cara. «Eso también está a tu favor», puntualizó Ellerin.

Ross enfatizó que otras actividades en espacios interiores, que son socialmente más aceptables, pueden ofrecer un mayor riesgo, como ir a bares, bodas, servicios religiosos y fiestas en salones. Las personas en estos lugares suelen estar demasiado cerca unas de otras. A esto se suma el factor música, que puede hacer que las personas se inclinen y hablen entre sí. El alcohol puede relajar a las personas y hacer que se olviden del distanciamiento, y si deciden cantar, sus exhalaciones serán expulsadas con fuerza hacia el aire. En muchos de estos entornos, la gente no llevará puesto un cubrebocas o máscara facial, lo que fomentará todavía más la propagación del coronavirus.

¿Cómo usar un baño público con seguridad?

Con base en lo anterior, Ross nos menciona los pasos fundamentales para usar un baño público con seguridad durante la pandemia:

  • Ponte una máscara o cubrebocas antes de entrar.
  • Lávate las manos inmediatamente después de que termines.
  • Puedes usar gafas para proteger tus ojos. Si usas lentes ya es un plus.
  • Hay varias superficies de alto contacto y, tanto el virus como diversas bacterias, pueden existir en ellas, por lo que es bueno minimizar el contacto usando tu pie o papel higiénico al levantar, girar o tirar de una palanca, seguro, perilla, etc.

 

Vía: Harvard Medical School