Las posibilidades de que una prueba de COVID-19 te dé un falso negativo (lo que indica que no estás infectado cuando realmente lo estás) dependen del tipo de prueba que te hagan y de cuándo te la realizaron durante el curso de tu infección.

Recordemos que hay dos tipos principales de pruebas:

  • Pruebas de frotis nasal/garganta y pruebas de saliva, las cuales detectan el virus.
  • Exámenes de sangre que detectan anticuerpos producidos por tu sistema inmunitario en respuesta a la infección.

Si te haces la prueba de frotis nasal/garganta o de saliva, obtendrás un resultado falso negativo:

  • El 100% del tiempo del día que estés expuesto al virus. (Hay tan pocas partículas virales en la nariz o la saliva inmediatamente después de la infección que la prueba no puede detectarlas).
  • Aproximadamente el 40% del tiempo si te realizas la prueba cuatro días después de la exposición al virus.
  • Aproximadamente el 20% del tiempo si desarrollas síntomas y te realizas una prueba tres días después de que comenzaron tales síntomas.

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La posibilidad de que la prueba arroje un resultado falso negativo es la razón por la cual cualquier persona que tenga síntomas probables de COVID-19, o que haya estado expuesta a alguien que se sabe está infectado, debe aislarse incluso si la prueba de coronavirus sale negativa.

La prueba de anticuerpos en sangre no se vuelve positiva (o puede que nunca sea positiva en algunas personas) hasta muchos días después de la exposición y, por lo tanto, no es la prueba principal utilizada para el diagnóstico. No obstante, es útil para la investigación y la toma de decisiones de salud pública.

 

Vía: Harvard Merdical School