Anteriormente, era común observar que en una familia solamente trabajara uno de los padres, mientras que el otro se quedaba en casa para realizar las labores domésticas y atender a los hijos.

No obstante, con el paso de los años esta escena ha cambiado de forma radical. En la actualidad, cada vez es más común que ambos padres en una familia salgan a trabajar todos los días, dejando a los hijos solos en casa o bajo supervisión de algún familiar, conocido de confianza o incluso algún niñero o niñera.

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¿Cómo repercute este aspecto en el bienestar de la familia? No existe una respuesta universal. Expertos indican que el impacto de que ambos padres trabajen es positivo, en la mayoría de los casos. Aunque también trae consigo algunos aspectos negativos cuando no se toman las medidas necesarias.

Aspectos positivos

Uno de los principales aspectos positivos de que ambos padres trabajen es que la familia tiene un mayor ingreso y, por lo tanto, un menor estrés económico, el cual ha sido asociado con mayor riesgo de ansiedad y trastornos de salud mental.

Por otra parte, cuando ambos padres trabajan es más probable que exista una mayor igualdad en las funciones entre el esposo y la esposa, provocando que los dos asuman una mayor responsabilidad en el cuidado de los hijos y en las tareas del hogar.

Aspectos que deben cuidarse

Por el lado negativo, no saber equilibrar la carga laboral con las responsabilidades familiares puede provocar casos de agotamiento emocional, condición que puede dar pauta a diversos problemas de salud a mediano y largo plazo.

Para combatirlo, expertos recomiendan a los padres realizar acciones como:

-Incluir momentos de relajación durante la jornada laboral. Aunque sea solo por 10 minutos, cerrar los ojos y realizar un ejercicio de relajación, o dar un pequeño paseo. Estas distracciones pueden reducir el estrés, mejorar la eficiencia en el trabajo y hacer que los padres sientan más vitalidad al regresar al hogar, fomentando una vida familiar más cordial.

-Desarrollar rituales que mejoren el estado de ánimo al regresar a casa. Esto puede significar pasar más tiempo a solas durante el regreso para poner un poco de distancia entre la familia y las tensiones diarias.

-Buscar áreas en las que se pueda reducir el estrés. Por ejemplo, llevar comida comprada dos o tres noches por semana, contratar a alguien que ayude a lavar la ropa o limpiar la cocina, etc.

-Involucrar a toda la familia en las tareas que se realizan por la noche. Con la ayuda de todos, se puede hacer todo mucho más rápido y convivir al mismo tiempo. Hacerlo puede ayudar a unir a la familia.

 

Vía: Academia Americana de Pediatría