Las pilas de botón -pequeñas baterías redondas con las que funciona todo tipo de objetos en la mayoría de los hogares- suelen ganar el interés de los niños pequeños, quienes pueden llegar a comérselas cuando no están bajo supervisión de un adulto.

Las pilas de botón están en todos lados. Son pequeñas y brillantes, y atractivas para los niños”, indicó la doctora Racha Khalaf, gastroenteróloga pediátrica en el Hospital Pediátrico de Colorado, en Estados Unidos.

Y aunque parezca que ingerir estos objetos puede ser algo poco probable, la realidad indica todo lo contrario.

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Un estudio publicado en la revista especializada Pediatrics encontró que, cada día, aproximadamente 100 niños en Estados Unidos acaban en la sala de emergencias después de tragar un objeto extraño, siendo las pilas de botón uno de los más comunes.

¿Qué hacer?

En el caso de que un niño pequeño ingiera uno de estos objetos, los padres deben llevarlo al hospital de inmediato.

El principal problema es que la pila termine pegada en el esófago, indicó Khalaf. Cuando esto sucede, la batería puede rápidamente quemar el tejido y provocar un daño grave, o incluso letal, advirtió.

Incluso aunque el niño no presente síntomas tras haber ingerido la pila, cuando esta llega al estómago puede dañar el revestimiento de dicho órgano, por lo que los padres no deben pensar que el niño simplemente la expulsará de forma natural y todo se arreglará. Deben llevarlo al médico, señaló la especialista.

Precauciones

La mejor forma de prevenir este escenario es siendo cuidadosos, apuntó Khalaf. Aconsejó a los padres seguir algunas sencillas recomendaciones:

-Siempre guardar los paquetes de pilas en un lugar seguro, donde los niños no puedan alcanzarlos.

-Al cambiar una pila, deshacerse de la vieja de forma adecuada, nunca dejarla tirada por ahí.

 

Vía: Health Day News