Los ojos son una de las partes más sensibles de nuestro cuerpo, por lo que su cuidado debe ser primordial, sobre todo cuando se padece alguna enfermedad infecciosa. La uveítis es un motivo de sobra para no desatender la atención ni descuidar nuestros ojos.

Se le denomina uveítis a la la hinchazón e irritación de la úvea, esta es una capa del ojo, la cual se encarga de suministrar la mayor parte del flujo sanguíneo a la retina.

Esta afección puede ser causada por enfermedades que ocurren cuando el sistema inmunitario del cuerpo ataca y destruye el tejido corporal sano por error. Asimismo, la uveítis puede ser causada por otras afecciones, como SIDA, infección por herpes zóster, sífilis o tuberculosis, entre otras. Aunque en muchos casos, se desconoce su causa.

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La forma más común de uveítis, también denominada iritis, implica inflamación de la parte frontal del ojo, en la iris. En la mayoría de los casos, se presenta en personas saludables y puede afectar solamente un ojo. Es más común en las personas jóvenes y de mediana edad.

Los síntomas de la uveítis se pueden desarrollar rápidamente y pueden abarcar:

-Visión borrosa
-Percepción de moscas volantes en la visión
-Dolor en el ojo
-Enrojecimiento del ojo
-Sensibilidad a la luz

Para confirmar su aparición, un medico debe elaborar una historia médica completa y realizar un examen ocular. También se pueden hacer exámenes de laboratorio para descartar una infección o un sistema autoinmunitario débil.

Las posibles complicaciones en caso de no tratarse a tiempo o de forma correcta, incluyen:

-Cataratas
-Líquido dentro de la retina
-Glaucoma
-Pupila irregular
-Desprendimiento de retina
-Pérdida de la visión

La mejor manera de prevenirla, si se padece una enfermedad o infección generalizada, es tratar la afección de forma oportuna.

 

Vía: Medline Plus