La fibromialgia fue reconocida en 1992 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y fue incorporada en la clasificación internacional de enfermedades. La OMS reconoce a la fibromialgia como una entidad clínica caracterizada por la “ interrupción de la estructura o función de una parte del cuerpo, con síntomas y signos característicos y cuya etiología, patogenia y pronóstico pueden ser conocidos o no«.
Lo anterior provoca que la fibromialgia presente síntomas multifactoriales que combinan diversos factores genéticos y epigenéticos que condicionan que se altere el sistema de autorregulación y el control del dolor.
La fibromialgia se caracteriza por dolores en músculos, ligamentos y tendones sin que se presente inflamación periférica.
Además en la enfermedad se presentan otros síntomas como dolor, cansancio, fatiga, rigidez y dolor generalizado.
El encargado de diagnosticar la fibromialgia es un reumatólogo y la diagnostica cuando encuentra alteraciones que concuerden con las que ya han sido previamente fijadas por los estudiosos en la materia.
La OMS calcula que entre el 3 y el 4 por ciento de la población en el mundo padece fibromialgia lo que convierte a la enfermedad en un desafio importante para la salud pública, ya que día con día se tienen que innovar en el campo, algo que resulta difícil debido a que es una enfermedad que no fue aceptada por los expertos sino hasta hace unos cuantos años.
La fibromialgia representa un reto importante para los expertos debido a que puede llegar a ser confundida con otras enfermedades debido a diversos síntomas en común con otros padecimientos, lo que hace que los pacientes visiten a expertos en diversas disciplinas de la medicina, lo que también aumenta la frustración de los pacientes debido a que los especialistas no pueden realizar un diagnóstico definitivo debido a que no presenta causas orgánicas a ninguno de los síntomas.
Los expertos aseguran que la fibromialgia comienza después de procesos agudos como infecciones de virus o bacterias y episodios de estrés muy fuertes como un accidente, divorcio u otros problemas con la familia.
Actualmente no existe un tratamiento que pueda terminar de tajo con todos los síntomas de la fibromialgia y por ende eliminar la enfermedad, sin embargo actualmente existen tratamientos que mejoran de forma notablemente la calidad de vida, esto sumado a ejercicio físico ligero y buena alimentación pueden hacer una gran diferencia para combatir los síntomas de la enfermedad.
Acérquese a su médico para que en caso de sospechar que padece la enfermedad se le realicen las pruebas pertinentes y si se confirma el diagóstico pueda recibir un tratamiento oportuno.
Vía: Académica
