Se conoce como enfermedad inflamatoria intestinal a la afección que provoca que partes del intestino se enrojezcan y se inflamen.
Es una enfermedad crónica, lo cual quiere decir que dura mucho tiempo o que va y viene de forma constante.
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Actualmente, la causa exacta de esta enfermedad no ha sido descubierta al 100%. Se cree que llevar una dieta inadecuada y tener demasiado estrés pueden empeorar los síntomas. Sin embargo, expertos en salud sostienen que la causa se debe más bien a una combinación de factores genéticos, inmunitarios y ambientales.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los dos síntomas más frecuentes de la enfermedad inflamatoria intestinal son el dolor abdominal (de vientre) y la diarrea. No obstante, esta afección puede ocasionar otros síntomas, entre los que se encuentran:
-Sangre en el inodoro, en el papel higiénico o en las heces.
-Fiebre.
-Falta de energía.
-Pérdida de peso.
Asimismo, esta afección puede ser responsable de que aparezcan otros problemas de salud, como erupciones en la piel, afecciones oculares, dolor articular, artritis y problemas hepáticos (en el hígado).
En niños
Esta enfermedad también puede llegar a afectar a niños. En estos casos, el infante que la padece pueden no crecer a la par que otros niños de su misma edad, y pueden atravesar la pubertad más tarde que el promedio.
Los síntomas como la falta de apetito, la diarrea y una mala digestión de los nutrientes pueden hacer difícil que los niños que la padecen obtengan las calorías y los nutrientes que necesita su cuerpo.
Por ello, los infantes con esta enfermedad deben ingerir una amplia variedad de alimentos, beber abundante líquido y aprender a evitar los alimentos que empeoran sus síntomas.
Tratamiento
Solamente un profesional de la salud puede diagnosticar un caso de enfermedad inflamatoria intestinal. Esta se trata con medicamentos, cambios en la dieta y, en algunas ocasiones, mediante cirugía. La operación puede ser necesaria en los siguientes escenarios:
-Se forma un agujero en el intestino.
-Ocurre una obstrucción intestinal.
-Ocurre una hemorragia que no se puede detener.
-Los síntomas de la enfermedad no responden al tratamiento.
Vía: Kid’s Health
