Se conoce como síndrome disneico neonatal a un problema respiratorio que suele afectar a los recién nacidos, en especial a aquellos que nacen con más de 6 semanas de antelación.

De acuerdo con expertos, mientras con más antelación nazca un bebé, más probabilidades tendrá de padecer síndrome disneico neonatal.

Este problema respiratorio se da cuando los pulmones de un recién nacido no fabrican suficiente cantidad de surfactante. Esta sustancia se fabrica de forma natural en las últimas semanas del embarazo y ayuda a las pequeñas bolsas o sacos de los pulmones -alvéolos- a abrirse con más facilidad.

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Cuando un recién nacido presenta síndrome disneico neonatal, al momento de tratar de respirar puede encontrarse con que:

-Muchos de sus alvéolos colapsan y no se abren.

-El oxígeno no le puede llegar a la sangre.

-El dióxido de carbono no puede salir de su cuerpo.

Cuando no se trata de forma oportuna, este problema respiratorio puede dañar el cerebro y otros órganos del bebé.

La buena noticia es que los bebés con esta afección suelen mejorar de 3 a 4 días, a medida que sus pulmones empiezan a fabricar sustancia surfactante por sí solos.

No obstante, algunos bebés, en especial los que nacieron de forma muy prematura, necesitarán recibir un tratamiento más prolongado hasta que sean capaces de respirar por su cuenta.

Signos y síntomas

A los pocos minutos o incluso horas después de nacer, un bebé con síndrome disneico neonatal puede llegar a experimentar problemas para respirar, los cuales empeorarán con el paso del tiempo y, entre ellos, se incluyen los siguientes:

-Respiración rápida.

-Respirar ruidosamente o emitiendo gruñidos (respiración forzada).

-Retracciones (los músculos que hay entre las costillas, debajo de la caja torácica y en el cuello se contraen hacia dentro) mientras el bebé intenta respirar.

-Tonalidad azulada en labios y piel debido a la falta de oxígeno.

 

Vía: Kid’s Health