Embarazo, Obesidad y nutrición
Las nueces no han tenido una muy buena reputación en los últimos años debido a la mala publicidad que se les ha hecho, específicamente en cuanto a su consumo por parte de los niños. Aunque la población infantil que suele desarrollar alergias a las nueces parece ir en aumento, para la mayoría de las personas, comer almendras, maní, semillas de marañón y otro tipo de nueces es algo que consideran saludable, pues contribuyen a tener una mejor dieta, un peso más saludable y menos riesgo de ataques al corazón y accidentes cerebrovasculares. Sin embargo, el Centro Nacional de Estadísticas de Salud, en Estados Unidos, dio a conocer que el consumo de nueces tiende a disminuir entre los niños conforme van creciendo.
Estudios previos en adultos han demostrado que consumir nueces conduce a un menor riesgo de enfermedad cardiovascular y de la condición conocida como síndrome metabólico, especialmente si se comen solas y no como parte de algún otro alimento, como ocurre con algunas barras de chocolate por ejemplo. Los niños y adolescentes que integran las nueces a su dieta como parte de una alimentación saludable también reducen su propensión a tener sobrepeso.
Lo recomendable es que los menores (y los adultos) mastiquen bien cada una de las nueces (de 25 a 40 veces), ya que eso potencia en ellos una sensación de saciedad, así lo determinó un estudio realizado en 2009, lo que ayudaría a explicar sus beneficios para mantener un peso saludable, por lo menos en algunas personas.
Parte de esta disminución en el consumo de nueces también puede atribuirse a los precios, principalmente entre las familias más pobres, o al aumento de alergias a las nueces. No obstante, dicha caída parece estar más relacionada con un temor que sufren muchos padres y médicos: que dar de comer nueces a los niños antes de los dos o tres años desencadenará una alergia a las nueces o que fomentarían un aumento de peso en el futuro. No obstante, las pruebas más recientes muestran que hay una mayor probabilidad de desarrollar alergias a los alimentos si a los bebés se les da comida sólida (incluyendo las nueces) antes de los seis meses de edad.
Por lo anterior, debemos dejar atrás todos esos mitos y falsas creencias, y dejar que los niños disfruten de los beneficios para la salud de las almendras y otras nueces.
Vía: Scientific American
