Los niños que accidentalmente tragan una baterÃa de botón deben recibir inmediatamente miel para reducir el riesgo de lesiones graves y de muerte, asà lo dio a conocer un nuevo estudio publicado en la revista The Laryngoscope.
«Las baterÃas de botón son ingeridas por niños más de 2,500 veces al año en paÃses como Estados Unidos, con un aumento de más de 12 veces en resultados fatales en la última década en comparación con la década anterior», dijo el doctor Ian Jacobs, otorrinolaringólogo pediátrico y director del Centro de Trastornos Pediátricos de las VÃas Respiratorias del Hospital Infantil de Filadelfia, e investigador principal del estudio.
El experto subrayó que, dado que puede ocurrir un daño grave dentro de las dos horas posteriores a la ingestión de una baterÃa, el intervalo entre la ingestión y la extracción es un momento crÃtico para actuar a fin de reducir la lesión esofágica.
Cuando una baterÃa de botón ingerida reacciona con la saliva y el tejido del esófago, crea una solución que disuelve el tejido y puede causar daños graves al esófago, las vÃas respiratorias, las cuerdas vocales y los principales vasos sanguÃneos, explicaron los investigadores.
Cuanto más tiempo demore la extracción de la baterÃa, mayor será el riesgo de lesiones graves.
De ahà que los cientÃficos probaran en cerdos si una variedad de lÃquidos, incluyendo miel, jugos, refrescos y bebidas deportivas, podrÃan otorgar una barrera protectora entre la baterÃa ingerida y el tejido hasta que ésta fuera extraÃda. Con ello, descubrieron que la miel y un medicamento llamado sucralfato eran los más efectivos.
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Los hallazgos se están incorporando a las últimas Pautas del National Capital Poison Center de EE.UU. para el manejo de pacientes que han ingerido baterÃas de botón.
«Nuestra recomendación serÃa que los padres y cuidadores den miel a intervalos regulares antes de que un niño pueda llegar a un hospital, mientras que los médicos en un entorno hospitalario pueden usar sucralfato antes de retirar la baterÃa», recomendó Jacobs.
Sin embargo, los investigadores advirtieron que estas sustancias no deben usarse en niños que pueden tener sepsis o perforación del esófago, alergia severa a la miel o al sucralfato, o en niños menores de 1 año debido a un pequeño riesgo de botulismo.
«Si bien estudios futuros podrÃan ayudar a establecer el volumen y la frecuencia ideal para cada tratamiento, creemos que estos resultados sirven como un punto de referencia razonable para las recomendaciones clÃnicas», apuntó Jacobs. «Ingerir de forma segura cualquier cantidad de estos lÃquidos antes de retirar la baterÃa es mejor que no hacer nada».
El otro investigador principal del estudio, el doctor Kris Jatana, un otorrinolaringólogo pediátrico del Hospital Infantil Nationwide en Columbus, Ohio, señaló que las baterÃas metálicas brillantes deberÃan almacenarse donde los niños pequeños no puedan alcanzarlas.
«Los padres y cuidadores deben verificar todos los productos electrónicos en el hogar y asegurarse de que la baterÃa esté encerrada en un compartimiento que requiera una herramienta para abrirse y verificar periódicamente para asegurar que permanezca segura con el tiempo», concluyó Jatana.
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