Muchas personas piensan que el envejecimiento trae consigo el aumento de peso. Si bien no están equivocadas, no es un problema que tenga que ver simplemente con la edad. Esto sucede por una simple razón: nuestro gasto energético basal cambia y es parte de un proceso completamente natural.

¿Qué es el gasto energético basal? Se trata de la energía que nuestro organismo necesita para mantener las funciones vitales básicas. Entre ellas se encuentra la respiración y la digestión. A medida que envejecemos, este gasto energético se reduce —debido a que ya no nos encontramos en una fase de crecimiento—. Por eso, a pesar de mantener la misma dieta, aumentamos de peso fácilmente.

Aunque es un proceso natural, las consecuencias de este aumento de peso pueden llevar a muchas personas a sufrir obesidad. Afortunadamente, es posible evitarlo a través de la alimentación y el ejercicio.

Recomendaciones

  1. Piensa en alternativas. Una de ellas puede ser la dieta mediterránea que, según la British Heart Foundation (BHF), ayuda a mantener un peso saludable, previene enfermedades cardiovasculares y permite controlar la diabetes.
  2. Toma en cuenta el déficit calórico. Aunque realices modificaciones en tu dieta, es importante que restes un máximo de 400 calorías a las 1,800 o 2,000 que consumes al día. Recuerda que esto depende de tu peso, estatura, edad y nivel de actividad física.
  3. Incluye el ejercicio físico en tu actividad diaria. Lo ideal es introducir rutinas de resistencia que favorezcan la mejora y el aumento de la masa muscular. A decir del National Institutes of Health (NIH) «hacer actividades que ayudan a fortalecer los músculos, puede ayudar a quemar más calorías».

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En conclusión, la edad sí aumenta la probabilidad de subir peso. Aunque es natural, puedes evitarlo con un estilo de vida saludable, en el que prevalezca la buena alimentación y la actividad física regular. Si tienes dudas, consulta a un especialista.

 

Vía: 20 minutos.es