¿Cómo almacenamos los recuerdos en nuestro cerebro? ¿Existe la esperanza de que algún día podamos restaurar los recuerdos que hemos perdido?

Pues de acuerdo con el doctor Anthony L. Komaroff, editor en jefe de la publicación Harvard Health Letter de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), los humanos recordamos solo una pequeña fracción de los eventos de nuestra vida. Las imágenes y los sonidos de cada momento consciente podrían convertirse en un recuerdo. Pero solo cuando un momento parece importante lo recordamos, al menos por un tiempo.

Te preguntas qué sucede cuando almacenamos un recuerdo y cuando lo recordamos. En los últimos 30 años, hemos comenzado a comprender. Para transformar un momento en una memoria real a corto plazo, almacenamos esa memoria en piezas, y cada pieza es almacenada en una región cerebral distinta. Las diferentes piezas contienen la vista, el sonido, la reacción emocional que tuvimos en ese momento, el lugar en el que sucedió y cuándo sucedió en relación con otros recuerdos. En conjunto, todas estas piezas de la memoria se entrelazan en lo que se denomina como engrama de memoria, una combinación coherente de todas las piezas. El «tejido» se logra mediante el fortalecimiento de las conexiones entre las células cerebrales: los momentos considerados importantes impulsan conexiones más fuertes.

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Para recordar un recuerdo específico, una parte del cerebro llamada hipocampo recupera el engrama, el índice de las diferentes regiones del cerebro donde se almacenan los fragmentos de ese recuerdo.

Experimentos recientes en ratones muestran que si el hipocampo se deteriora temporalmente, el acceso a una memoria se perderá temporalmente también, ya que el hipocampo «olvida» brevemente el engrama que une las piezas de la memoria. Sin embargo, la memoria continúa ahí, almacenada en tales regiones cerebrales. Cuando se publicó esta investigación, algunos se preguntaron si significaba que algunos recuerdos perdidos podrían restaurarse en humanos.

El doctor Andrew Budson, científico cognitivo de Harvard, señala que existen dos formas en las que los recuerdos se pueden «perder» a medida que envejecemos. Una es simplemente que no hemos encontrado la pista correcta para acceder a la memoria. Con la señal correcta, como ver a la persona adecuada, escuchar la música adecuada u oler el olor adecuado, de repente podemos tener el recuerdo completo. El engrama de la memoria está intacto. No obstante, los recuerdos pueden degradarse con el tiempo, lo que desafortunadamente les sucede a la mayoría de los viejos recuerdos. La mayoría de los recuerdos perdidos en la enfermedad de Alzheimer y otras demencias están degradados y probablemente nunca podrán recuperarse.

Estamos comenzando a comprender las conexiones físicas y químicas que ocurren en el cerebro cuando se forman y visualizan los recuerdos. La memoria no es magia: la ciencia la está descubriendo. Esto es emocionante, pero no tanto como poder evocar, cuando quieras, el recuerdo del rostro de mi esposa en el momento en que nos casamos.

 

Vía: Harvard Medical School