Pie zamboEl pie zambo o pie equino varo es la enfermedad congénita más común de esta extremidad del cuerpo. Al nacer, el bebé que la padece tiene sus pies en punta (equino) y con la planta girada hacia adentro (varo).

Carlos Cuevas de Alba, encargado del Servicio de Ortopedia Pediátrica del Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, Guadalajara, explicó que “la deformidad es muy visible al nacer. Puede presentarse en niños de ambos sexos, aunque es más común en varones”.

El especialista comentó que, en México, por cada mil niños que nacen, tres o cuatro tienen esta enfermedad congénita. Cuevas añadió que en el Hospital Civil cada semana son enyesados, para su tratamiento, más de 20 pacientes con pie zambo, desde bebés hasta niños de 5 a 7 años.

El 50% de los casos de pie zambo, comenta Cuevas, se presenta en ambos pies y es más frecuente en personas con nivel socioeconómico bajo en comparación con los de nivel alto, lo que podría relacionarse con factores nutricionales, puesto que en estratos más bajos puede haber menos calidad en la alimentación.

Cuevas, quien también es presidente de la Sociedad de Ortopedia Pediátrica, detalló que las causas de esta enfermedad son multifactoriales, entre las que influye el factor genético, pues explica que “es posible que cuando en una familia nace un niño con pie zambo nazcan más con el padecimiento. Hay casos donde abuela, mamá e hija nacieron con pie zambo”.

Sobre el tratamiento para la enfermedad, el especialista explicó que existen dos líneas: la tradicional, consistente en cirugías y colocación de clavos para corregir el pie, además de la colocación de plantillas, procedimiento que era realizado hasta hace 12 años. Sin embargo, Cuevas comentó que este tratamiento “daba como resultado pies más rígidos, menos útiles para el deporte y para el trabajo y, a la larga, generaba dolor”.

La segunda línea de tratamiento es el método de Ponseti, el cual, explica Cuevas, fue introducido hace 12 años en México para tratar el pie zambo. Este consiste en corregir la deformación del pie mediante enyesado y, posteriormente, a los pacientes se les somete a una microcirugía de talón, de tres o cuatro milímetros, para corregir la malformación. De esta manera se logran pies más móviles desde el punto de vista funcional, de manera que el paciente puede desarrollarse en el campo deportivo o laboral de forma normal, explicó el especialista.

“Mientras más tarde inicie el paciente el tratamiento, más tardará en resolver el problema. En un niño que inicia su tratamiento a edad temprana hay alrededor de 95% de éxito”, puntualizó Cuevas de Alba y comentó que los niños no tratados enfrentan problemas al caminar, no pueden usar zapatos normales, desarrollan callosidades y no pueden participar en actividades deportivas.

 

Vía: Notimex