Si tienes cataratas leves, tal vez te estés preguntando si es importante que te las operen a la brevedad para corregir el problema.

Pues de acuerdo con Toni Golen y Hope Ricciotti, editoras en jefe de la publicación Harvard Women’s Health Watch de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), no necesariamente se debe practicar una cirugía. Las cataratas —una condición marcada por la opacidad del cristalino del ojo— no son una amenaza para tu salud. Si no te molestan ni afectan tu visión durante tareas importantes, como manejar un auto, no necesitas operarte si no lo deseas.

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Por lo general, los cambios en la visión asociados con las cataratas empeoran lentamente con el tiempo. Estos pueden incluir problemas como visión turbia, borrosa o tenue; sensibilidad al resplandor de las luces; colores menos brillantes o poco saturados; o ver halos alrededor de las luces. Al principio, es posible que las cataratas no afecten demasiado tu vida. La mayoría de las veces, es posible manejar con éxito los problemas de visión que causan adquiriendo anteojos o lentes de contacto nuevos.

Sin embargo, si tu condición empeora, eventualmente podrás decidir si el tratamiento es la opción correcta. La cirugía es la única forma de curar las cataratas. En última instancia, la decisión de someterte a un procedimiento quirúrgico de cataratas se reduce a qué tan molestos son tus síntomas y si están reduciendo tu calidad de su vida.

 

Vía: Harvard Medical School