¿La pandemia de COVID-19 está impulsando a las personas a beber alcohol? Pues según una nueva encuesta realizada en Estados Unidos la respuesta es sí, y el mayor aumento en el consumo de alcohol se observó en las mujeres. Los resultados se publicaron en la revista JAMA Network Open.

En general, hubo un aumento del 14% en la frecuencia de consumo de alcohol durante la primavera pasada entre los adultos mayores de 30 años, en comparación con el año pasado durante la misma época, encontraron los investigadores. En el caso específico de las mujeres, la frecuencia de consumo de alcohol aumentó un 17%.

Cabe señalar que el consumo excesivo de alcohol entre las mujeres se destacó. Durante los primeros meses de la pandemia, hubo un aumento del 41% en la frecuencia con la que las mujeres bebían en exceso, es decir, tomaron cuatro o más bebidas en menos de dos horas. Eso se tradujo en que una de cada cinco mujeres bebiera en exceso un día más al mes que el año anterior.

«Nuestro estudio muestra que las personas bebían con más frecuencia, y las mujeres en particular lo hicieron más y con más consecuencias negativas durante las etapas iniciales de la COVID-19, en comparación con sus propios comportamientos del año anterior», indicó Michael Pollard, autor del estudio, sociólogo de RAND Corp. y profesor en la Escuela de Graduados Pardee RAND en Santa Mónica, California.

«Las mujeres también reportaron un aumento del 39% en los problemas relacionados con el alcohol, como ‘tomé riesgos tontos’ o ‘no hice lo que se esperaba de mí’ debido al consumo de alcohol», agregó Pollard.

En la encuesta, se preguntó a más de 1,500 hombres y mujeres sobre sus hábitos de bebida entre mayo y junio. Casi seis de cada 10 participantes de la encuesta eran mujeres, y alrededor del 54% tenían entre 30 y 59 años.

Los hallazgos mostraron que, en promedio, tres de cada cuatro adultos dijeron haber consumido alcohol un día más al mes durante la primavera de 2020, en comparación con la de 2019.

La encuesta en sí no evaluó por qué y no prueba que la pandemia esté causando un aumento en el consumo de alcohol, mencionó Pollard.

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Pero «otros estudios han sugerido que la depresión y la ansiedad aumentaron en los primeros días de la pandemia, y la gente suele consumir alcohol para hacer frente a estos problemas», señaló Pollard.

«Las personas que se refugian en sus casas también pueden simplemente estar aburridas, y beber es una actividad que todavía pueden realizar. En ese sentido, los resultados no son sorprendentes. Tienen sentido», agregó.

Pollard también ofreció algunas teorías sobre el cambio de tendencias entre las mujeres.

«La primera posibilidad es que las mujeres generalmente reportan niveles más altos de depresión y ansiedad que los hombres, en general», apuntó Pollard, y sugirió que esto podría haber hecho que las mujeres sean particularmente vulnerables a los problemas de salud mental durante la pandemia de COVID-19, «que a nivel global se está enfrentando con un mayor consumo de alcohol como respuesta».

Las mujeres también beben menos que los hombres, anotó Pollard. Y esto podría significar que saltos similares en el consumo de alcohol «representarán un cambio proporcionalmente mayor para las mujeres que para los hombres».

Pero sean cuales sean las causas subyacentes, «estos cambios en el consumo de alcohol pueden tener implicaciones negativas para la salud física y mental de las personas», advirtió Pollard. «Es importante que los profesionales de la salud y el público conozcan dichos aumentos y sus riesgos para la salud».

Por su parte Lona Sandon, directora de programa en el departamento de nutrición clínica de la escuela de profesiones de la salud en el UT Southwestern Medical Center, en Dallas, hizo eco de esa preocupación.

«Subir la cantidad de alcohol incrementa las calorías. Esto podría conducir a un aumento de peso debido al exceso de calorías por el alcohol. Además, cuando las personas beben más alcohol, tienden a comer más, y por lo general eligen opciones de alimentos menos saludables, con alto contenido de grasa y sal», explicó.

Además, según Sandon, «el alcohol puede aumentar la presión arterial, disminuir la capacidad de controlar la glucosa en sangre si tienes diabetes, causar sueño inquieto, aumentar la pérdida de memoria y causar pérdida muscular».

La especialista dijo que con base en otras encuestas que reportan una mayor ansiedad, estrés y depresión como resultado del confinamiento por COVID, los disturbios en las calles y las preocupaciones sobre la economía, el uso indebido de alcohol es de esperarse. «La gente está luchando con formas de afrontar la situación y suelen recurrir al alcohol para sobrellevar la situación y relajarse», finalizó.

RECUERDA: Es importante que evites cualquier consumo de bebidas alcohólicas para no debilitar tu propia salud ni tu sistema inmunitario, pues así también evitarás poner en riesgo la salud de los demás.

 

Vía: Health Day News