Seguramente más de una vez escuchaste, leíste o alguien te dijo que comer pan blanco es malo, que debes eliminarlo de tu dieta y que debes optar siempre por el pan integral. Pues bien, un reciente estudio israelí encontró que este alimento puede no ser tan malo como lo pintan.

Que el pan blanco sea ‘bueno’ o ‘malo’ depende de cada persona y de cómo lo reciba su flora intestinal, encontró un estudio realizado por investigadores del Instituto de Ciencias Weitzman en Rehovot, Israel.

Según la investigación, que aparece publicada en la revista especializada Cell Metabolism, la velocidad con la que aumentan los niveles de azúcar en la sangre tras comer (proceso conocido médicamente como respuesta glucémica) pan blanco o pan integral varía en cada persona y, en algunas, el pan blanco no tiene una mala respuesta glucémica.

“Nuestro estudio sugiere que, en términos de las respuestas glucémicas, distintas personas responden de distintas formas incluso a la misma comida”, indicó Eran Segal, autor del estudio.

¿Qué significa esto?, que “algunas personas responden mal al pan blanco y probablemente deban evitarlo, mientras que otras tienen una respuesta saludable al mismo”, agregó el especialista.

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“En un sentido más amplio, lo que esto significa es que las dietas ‘universales’ que se dan a la población general, sin personalización, probablemente no sean óptimas para todos”, expuso por su parte el doctor Eran Elinav, coautor del estudio.

Ambos especialistas explicaron que estas respuestas variadas al consumo de pan blanco dependen en gran medida de la flora intestinal de cada persona. Algunas responden de forma positiva y otras de forma negativa.

Sabemos que la composición genética y el estilo de vida de las personas son distintos. Esas diferencias entre las personas afectan a la forma en que responden incluso a las mismas comidas, lo que significa que los alimentos que se consideran saludables quizá no sean tan saludables para todo el mundo, y viceversa”, concluyó Avraham Levy, otro de los investigadores que participó en el estudio.

Estos resultados respaldan lo visto en otros estudios, que no hay reglas absolutas en cuanto a alimentos se refiere, ni dietas milagrosas, todo depende del organismo de cada persona. Así que la próxima vez que escuches, leas o alguien te diga que cierto alimento es malo, antes de eliminarlo por completo de tu vida consúltalo con un nutriólogo. Solamente un especialista puede decirte que elimines ciertos alimentos de tu dieta.

 

Vía: Medline Plus