El camino de tu hijo adolescente hacia un peso saludable o no saludable podría estar en el uso de su «smartphone». Esto porque una nueva investigación preliminar de Corea del Sur, presentada durante la reunión virtual de la Sociedad Estadounidense de Nutrición, encontró que los adolescentes que pasan demasiado tiempo en sus teléfonos inteligentes también son más propensos a tener hábitos alimenticios que aumentan sus probabilidades de desarrollar obesidad.

«Pasar horas y horas en el teléfono, o en cualquier pantalla de luz azul, puede interrumpir nuestros patrones de sueño, y dormir menos puede afectar nuestras hormonas estimulantes del apetito, causando hiperfagia [comer en exceso]», explicó la dietista Sharon Zarabi, directora del Instituto Katz para la Salud de la Mujer de Northwell Health, en Nueva York, y ajena al estudio.

«¿Alguna vez te preguntaste por qué deseas comer carbohidratos si no lograste descansar toda la noche?» apuntó Zarabi.

En el nuevo trabajo, los investigadores dieron seguimiento a la salud de más de 53,000 adolescentes surcoreanos de entre 12 y 18 años de edad. El equipo dirigido por Hannah Oh, profesora asistente en la Universidad de Corea, descubrió que aquellos que pasaban más de dos horas al día en su teléfono inteligente eran mucho más propensos a comer grandes cantidades de comida chatarra, además de que consumieron menos frutas y verduras, en comparación con aquellos que pasaban menos tiempo en sus teléfonos.

Específicamente, los adolescentes que pasaban cinco o más horas al día en sus teléfonos fueron más propensos a consumir bebidas azucaradas, comida rápida, papas fritas y fideos instantáneos que aquellos que pasaban menos de dos horas al día en sus teléfonos, señalaron los autores.

Todo esto se tradujo en kilos adicionales: los adolescentes que pasaban más de tres horas al día en su teléfono inteligente también fueron significativamente más propensos a tener sobrepeso u obesidad, mostraron los resultados.

Conoce más: Pantallas táctiles y cómo aumentan la distracción en tus bebés y niños pequeños

Las razones por las que los adolescentes usaban sus teléfonos también parecían importar. Aquellos que hicieron más búsquedas y recuperación de información en sus teléfonos tuvieron comportamientos alimentarios más saludables, en comparación con aquellos que usaron sus teléfonos para chatear/mandar mensajes, jugar, ver videos/música y estar en redes sociales.

En cuanto a la obesidad, los adolescentes que usaban principalmente sus teléfonos inteligentes para jugar, mirar videos o escuchar música tenían más probabilidades de desarrollar sobrepeso, reveló el estudio.

De acuerdo con Oh, «si bien estudios previos han demostrado que ver televisión es un factor importante que aumenta el riesgo de obesidad en niños y adolescentes, se sabe poco sobre los efectos de pasar tiempo en las pantallas modernas, como ocurre con el uso de teléfonos inteligentes. Nuestros datos sugieren que tanto el tiempo de uso del teléfono inteligente como el tipo de contenido pueden influir de forma independiente en la dieta y la obesidad en los adolescentes».

Los investigadores resaltaron que muchas razones (comer más «sin sentido», dormir de forma inadecuada o pasar tiempo en el teléfono que de otro modo se dedicaría a la actividad física) podrían ayudar a explicar el vínculo con el aumento de peso no saludable.

El estudio no pudo probar una relación de causa y efecto, pero Zarabi destacó que dedicar menos tiempo a los teléfonos y más tiempo a la actividad física podría evitar el aumento de peso y mantener un peso saludable.

«Se debe alentar a los niños a ser más activos y a utilizar la energía que consumen, incluso durante los períodos de crecimiento», enfatizó la experta. «En lugar de hacer eso, almacenamos todo el exceso de carbohidratos y calorías de los alimentos procesados ​​que son fácilmente accesibles y sin sentido, mientras navegamos por nuestros adictivos teléfonos».

 

Fuente: Health Day News