La vitamina E es un antioxidante que se encuentra naturalmente en alimentos como las nueces, las semillas y los vegetales de hoja verde. Es una vitamina liposoluble importante para muchos procesos en el cuerpo.

Los suplementos de vitamina E se usan para tratar o prevenir la deficiencia de este nutriente. Las personas con ciertas enfermedades pueden requerir vitamina E adicional.

Debes usar estos suplementos exactamente como se indica en la etiqueta o según lo recetado por tu médico.

Cabe mencionar que la vitamina E funciona mejor si la tomas con alimentos. Si usas una presentación líquida, mídela con cuidado. Usa la jeringa dosificadora provista o un dispositivo para medir adecuadamente la dosis (no una cuchara de cocina).

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La cantidad diaria recomendada de vitamina E aumenta con la edad. Sigue las instrucciones de tu proveedor de atención médica. También puedes consultar los listados de la Oficina de Suplementos Dietéticos de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) o de la Base de Datos de Nutrientes del Departamento de Agricultura de dicho país (USDA) (anteriormente «cantidades diarias recomendadas») para obtener más información.

Si necesitas una cirugía o un procedimiento médico, informa al cirujano con anticipación que estás consumiendo suplementos de vitamina E. Es posible que debas dejar de utilizarlos por un tiempo breve.

Finalmente, no olvides conservar tu vitamina E a temperatura ambiente, lejos de la humedad y del calor.

 

Fuente: Michigan Medicine – University of Michigan Health