La pérdida de peso saludable puede lograrse a través de una dieta saludable y actividad física regular. Para convertir las buenas decisiones en un hábito, te recomendamos:

1. Organizar tu cocina

La cocina de la familia puede desencadenar hábitos alimentarios poco saludables si los estantes están llenos de refrigerios azucarados. Reorganiza la cocina para convertir los alimentos que estimulan la dieta en la opción más natural. Para lograrlo:

  • Mantén los alimentos saludables a la vista. 
  • Reduce la tentación si sabes que no puedes controlarte. 
  • Come de los platos y no de un recipiente o de una bolsa.
  • Utiliza platos más pequeños. 

2. Practicar la alimentación saludable

La vida es ocupada y muchas personas terminan comiendo sin pensar en el alimento que se están llevando a la boca. Los siguientes hábitos pueden ayudarte a evitar esta alimentación descuidada.

  • Desayuna. Un estómago vacío es una invitación a comer en exceso. 
  • Planea con anticipación. No esperes hasta tener hambre para decidir qué comer.
  • Apaga la televisión al comer. Comer con los ojos puestos en la televisión, la computadora o cualquier otra pantalla aleja tu mente de lo que estás haciendo. 

Conoce más: ¿Cómo elegir la dieta adecuada para perder peso?

3. Romper con los viejos hábitos

La alimentación emocional —o comer por comodidad en lugar de nutrición— puede establecer una gran diferencia en qué y cuánto se come. Para mejorar tu relación con la comida:

  • Presta atención. Escucha a tu cuerpo sobre cómo ciertos alimentos te hacen sentir.
  • No comas rápido. Descarga el tenedor entre bocados o ten una conversación mientras comes. Al moderar el ritmo, le das a tu estómago la oportunidad de sentirse lleno.
  • Lleva la cuenta. Lee las etiquetas de información nutricional en el alimento antes de comerlo. Anota lo que planeas comer antes de consumirlo. 

Los amigos y la familia pueden ayudarte a mantener el rumbo, así como a animarte a lo largo del camino.. Habla con tu médico sobre tu meta de peso y envíale actualizaciones semanales de cómo le está yendo.

 

Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos