La inflamación ha capturado la atención del mundo de la salud como nunca antes. Si bien es un proceso natural del cuerpo, puede volverse dañino y contribuir al desarrollo de diversas enfermedades graves. 

La inflamación es la respuesta del sistema inmunológico a un agente externo potencialmente nocivo. Las células del sistema inmunológico liberan citoquinas proinflamatorias, que coordinan el proceso inflamatorio al indicar qué células deben intervenir en el tejido afectado. 

Sin embargo, no siempre es un agente externo específico el que desencadena la inflamación. Ciertas condiciones de salud pueden generar una reacción similar a las citoquinas proinflamatorias, lo que lleva a la inflamación crónica, misma que puede dañar el organismo y contribuir al desarrollo de enfermedades cardíacas, diabetes y diversos tipos de cáncer. Por lo tanto, es crucial adoptar medidas para combatirla y prevenirla.

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¿Cómo influye la dieta en los procesos de inflamación?

La dieta juega un papel fundamental en la lucha contra la inflamación. Incorporar frutas a la alimentación diaria puede ser una estrategia efectiva. ¡Toma nota!

  • Frutas de hueso. Duraznos, albaricoques, ciruelas y cerezas son ricas en fibra, vitamina C, potasio y fitoquímicos que reducen el dolor muscular y la rigidez después del ejercicio.
  • Uvas. Además de ser una fuente deliciosa de fibra, las uvas son ricas en vitaminas C y K, así como en ácido ferúlico, que contrarresta los signos de fotoenvejecimiento.
  • Granadas. Sus semillas contienen vitaminas C y K, potasio, fibra y potentes fitoquímicos como antocianina y resveratrol, que tienen propiedades antiinflamatorias.
  • Manzanas. Con nutrientes como la vitamina C, la pectina y los polifenoles, las manzanas son beneficiosas para la salud intestinal y la prevención de enfermedades.
  • Cítricos. Limones, naranjas, pomelos y mandarinas son cítricos ricos en fibra, potasio, calcio, vitaminas B, cobre y fitoquímicos antioxidantes.
  • Bayas. Fresas, moras y arándanos son frutas conocidas por su actividad antioxidante y antiinflamatoria, además de su contenido en fibra, vitamina C y fitoquímicos protectores.

Incorporar estas frutas a la dieta diaria puede ayudar a reducir la inflamación y proteger el organismo contra enfermedades. Recuerda que la prevención es clave para mantener una buena salud a largo plazo. 

Consulta a un profesional de la salud antes de realizar cambios significativos en tu dieta.

 

Fuente: Harvard Health Publishing