La fibra soluble absorbe grandes cantidades de agua y ralentiza el paso de los alimentos a través del tracto digestivo.

Se ha demostrado que esto retrasa el vaciado del estómago, lo que hace que este último se expanda y te haga sentir más lleno(a) entre comidas.

Asimismo, la fibra soluble puede disminuir la cantidad de calorías que tu cuerpo puede absorber de los alimentos.

Algunas investigaciones también sugieren que comer más fibra soluble podría estar tener un vínculo con alojar menos grasa visceral, un tipo de grasa que envuelve los órganos, especialmente en el área abdominal, y está relacionado con varias condiciones de salud crónicas.

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Buenas fuentes de fibra soluble incluyen frutas, avena, cebada, legumbres y ciertas verduras, como brócoli y zanahorias.

Por su parte, los licuados de proteínas son una manera fácil de añadir dicho nutriente a tu dieta.

Obtener suficiente proteína en tu dieta puede acelerar temporalmente tu metabolismo, reducir tu apetito y ayudar a mantener la masa corporal magra.

Sumado a ello, diversos estudios sugieren que incrementar la ingesta de proteínas puede ayudar a reducir la grasa visceral, sobre todo si se combina con una dieta baja en calorías.

Para lograr mejores resultados, agrega otros ingredientes ricos en fibra y nutrientes a tu licuado de proteína, como espinacas, col rizada o bayas.

 

Fuente: Healthline